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Pilotos de Caza, de Patrick Bishop


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En general, los libros de historia suelen contarnos los grandes hechos, los acontecimientos clave, y los grandes personajes que intervinieron en ellos. Tenemos una visión genérica basada en generales, grandes políticos, y sucesos fundamentales que nos presentan una historia en la que, a veces, parece que se olvida que los hechos pueden ser decididos por grandes personajes ciertamente, pero son vividos y sufridos por los hombres y mujeres de la calle. Es lo que Unamuno llamó la intrahistoria, la historia de aquellos que no aparecen en los libros, pero son sus protagonistas en los hechos y sucesos cotidianos. Este libro trata, precisamente, de esos protagonistas. 

Pocas veces podrá el aficionado a la historia en general, y a la aeronáutica en particular, disfrutar un libro más humano, más cercano al piloto, y en donde se huye de cualquier forma de eufemismo, mostrando la historia tal cual se desarrolló. Patrick Bishop, un periodista especializado en temas relacionados con conflictos internacionales y también autor de varios documentos sobre historia, nos trae las vivencias personales de los pilotos ingleses que vivieron la Batalla de Inglaterra desde aquellos aeródromos, muchas veces improvisados, en el verano de 1940.

Quizás el elemento fundamental de esta obra sea que, lejos de entrar en los detalles técnicos de un combate aéreo o en las especificaciones de los aviones como el Hawker Hurricane y el Supermarine Spitfire, lo que se busca es acercar al lector a las emociones, sufrimientos, y traumas que significó para toda una generación de jóvenes el vivir una experiencia salvaje, tremenda, y desgarradora, donde la vida pendía de un hilo cada vez que sonaba el teléfono, y debía despegarse en busca de los aviones alemanes, tres, cuatro, o incluso cinco veces al día.

La fatiga, el dolor, el ansia de cada piloto, se mezclaba con su personalidad y con la camadarería del escuadrón, y con el deseo de volver a casa, cuando no con la ira, al contemplar sus propias ciudades y barrios mientras eran bombardeados por los Dornier Do 17, los Junkers Ju 88, o los Heinkel He 111. Todo ello en muchachos que muchas veces no pasaban de los veinte años, con experiencias ridículas de vuelo, con una formación en general muy básica sobre el combate aéreo, y con la seguridad, por parte de los jefes de escuadrón, de que muchos de ellos serían derribados en su primer vuelo por los cazas alemanes, principalmente los Bf 109.

Aunque el libro se centra en los pilotos ingleses, también tiene un momento para hablar del bando alemán, donde los sentimientos iniciales de invencibilidad fueron dando paso al desasosiego y a la depresión, al ver cómo iban perdiendo una batalla que en teoría deberían de haber ganado con relativa facilidad, un cálculo optimista de victoria en dos o cuatro semanas que se tornó en una pesadilla, hasta que Hitler ordenó cesar las operaciones de combate para el desembarco en Gran Bretaña.

De este hecho es la famosa frase del Primer Ministro inglés, Winston Churchill, Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few (nunca, en el campo de los conflictos humanos, tantos debieron tanto a tan pocos).

 El conflicto humano, el temor a caer ardiendo sin poder abrir la cabina, el sufrimiento constante al ver caer a los compañeros de escuadrón, algunos totalmente diezmados, y por supuesto las depresiones y las tribulaciones al entender que el combate aéreo implicaba la pérdida de vidas humanas, formaban parte de la vida cotidiana de aquellos chicos que vivieron esos meses prácticamente en la cabina de sus cazas, quedando en ocasiones literalmente dormidos por el cansancio. Las fotos que ilustran el libro dejan bien claro que, lejos de ser héroes, no eran más que jóvenes entusiastas, muchas veces empujados a pilotar para salvar su país de una invasión ya vivida en gran parte del continente europeo.

Cuando tenemos cerca un simulador que promete gran calidad en la recreación de este conflicto, Battle of Britain de Oleg Maddox, y cuando volamos con los simuladores como Forgotten Battles, la lectura de este libro nos permite entender mucho mejor lo que aquellos pilotos debieron sentir en sus estrechas cabinas en aquellos caóticos combates aéreos. Llama la atención el hecho de que, en ciertos aspectos, los combates simulados actuales tengan un nexo de unión: la confusión, los despistes, los derribos sin sentido, son los mismos, ocurren en la simulación de forma muy similar a como ocurrió en la realidad.  Pero aquí acaban todas las coincidencias.

Para todo entusiasta de la historia, recomendamos este libro por su gran contenido humano, y porque para un piloto de caza, sea virtual o real, le permitirá acercarse a una época en la que entusiastas de la aviación vivieron su momento de gloria, y a la vez, su momento más trágico. Una lectura altamente recomendable que se disfruta desde la primera hasta la última línea, y un testimonio inigualable de la historia de la aviación de aquellos tiempos. 


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