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Siete tópicos sobre simulación aérea (II)


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Nota: para leer la primera parte de esta serie, pulsa en este enlace.

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Dicen que volar este pájaro Boeing 777 es cosa de videojuegos... Ejem... No estamos de acuerdo..

2. Los simuladores son videojuegos.

“Sí. Y si mi abuelita tuviese ruedas sería una bicicleta.”

Esta frase entrecomillada, escuchada en una ocasión a un conocido y experto fanático de la simulación aérea, da cuenta perfectamente del sentir de muchos aficionados sobre lo que es, o deja de ser, el mundo de los simuladores para PC. Es un tema complejo, en el que intervienen varias partes, e intentaremos seguirle la pista para dilucidar si, efectivamente, los simuladores son videojuegos, como mucha gente cree.

La paradoja de la simulación como videojuego o sistema de entrenamiento

Entremos en un aspecto duro y difícil de comentar, pero que requiere un pequeño análisis. Veremos a continuación por qué mencionamos este tema en esta web y en este artículo.

Once de septiembre de 2001. Dos aviones se estrellan contra las Torres Gemelas de New York. Tan lamentable y execrable suceso produce un dolor inmenso, y las consecuencias políticas, sociales y militares que todos conocemos. Pero, entre la gran cantidad de información que se mueve alrededor de este asunto, sale a la luz la formación aeronáutica que los terroristas tuvieron en el manejo básico de aviones comerciales.

Y es aquí donde esta historia conecta de lleno con nuestro tema. En aquel tiempo, Microsoft estaba a punto de sacar al mercado el simulador Flight Simulator 2002. Nada especial, un simple producto software de entretenimiento para niños o adultos que, según muchos, tienen una mentalidad infantil… Pero ¿seguro que era así? Los simuladores en general, y Flight Simulator en particular, fueron acusados de ser un instrumento de enseñanza sofisticado que los terroristas podían usar, y podrían haber usado, para la realización de los atentados. Tanto fue así que Microsoft, de forma muy prudente, congeló la salida de la nueva versión de su producto, a la espera de que las aguas volvieran a sus cauces.

Aquí tenemos que hacer una digresión; es obvio que hablar de terrorismo queda fuera del alcance de esta web. Pero también lo es, que el fanatismo que se desató con los atentados de septiembre de 2001 inyectó de sospechas y persecuciones a elementos de la sociedad que nada tenían que ver con estos lamentables hechos. Flight Simulator es un inocente producto que permite disfrutar de unas horas de simulación a sus usuarios. Que un terrorista pudiera usarlo para realizar atentados, es idéntico a decir que un cuchillo de cocina pueda ser prohibido porque puede usarse para matar a una persona. Del mismo modo, una botella de cristal rota puede segar la vida de un ser humano con su corte afilado. Y unas tijeras pueden hacer mucho daño si se usan de forma inadecuada. Pero lo más lamentable fue ver cómo se usaba Flight Simulator para mostrar a aviones estrellándose contra las Torres Gemelas virtuales de New York, y, sacando esa imagen de contexto, afirmar que eso era lo que habían hecho los terroristas. No. Definitivamente, NO. Los terroristas acabaron con miles de vidas inocentes. Flight Simulator es un producto de entretenimiento donde la peor de las calamidades se produce en la memoria de un PC, sin hacer daño a nada ni a nadie. Este tipo de desviaciones son muestras de un periodismo amarillista que nada tiene que ver con la realidad.

La conclusión, creemos, es obvia: en aquel momento, Flight Simulator no era un videojuego, sino un eficaz instrumento de formación para terroristas sin escrúpulos.

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Los aficionados a la simulación NO tenemos nada que ver con esta monstruosidad

La obviedad de lo ridículo en el anterior párrafo es algo que se hace evidente para cualquier persona con un mínimo de sentido común. Desgraciadamente, existen personas, e instituciones, que no gozan actualmente de ese mínimo de sentido común, y que prohibirían el aire porque contiene hidrógeno que puede permitir la creación de una bomba con dicho elemento químico (altamente explosivo por cierto).

Así pues, en octubre de 2001, los aficionados a los simuladores éramos, para algunos, sospechosos de poder formar a terroristas suicidas. La simple afición de amigos, tardes de diversión y cervezas, y vuelos tranquilos en Cessnas o Boeings virtuales, pasaba a ser una actividad altamente sospechosa y conformada por una actividad que podía usarse en cualquier momento para sesgar la vida de miles de seres humanos. Ahí está Internet para leer en foros debates sin sentido sobre la peligrosidad de nuestra querida afición.

Afortunadamente, las aguas poco a poco volvieron a sus cauces (en este tema, no en otros), y pudimos volver a sentirnos personas normales y corrientes, sin que un Gran Hermano nos quisiera vigilar porque estábamos volando un vuelo Madrid – New York que aparentemente podia ser el preludio de un ataque aéreo usando el propio avión como bomba volante.

Los simuladores NO son videojuegos.

Entonces, según hemos visto, la conclusión es lógica: los simuladores NO son videojuegos. Son elementos altamente sofisticados que pueden permitir a cualquier persona dominar las técnicas y procedimientos de vuelo hasta poder tomar más tarde un avión real y volarlo sin prácticamente dificultad alguna.

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Otros simuladores también son tan complejos como los de vuelo, como ocurre en Silent Hunter III

De nuevo, una conclusión claramente falsa. Los simuladores como Flight Simulator permiten a un usuario un alto nivel de conocimiento, pero el mismo se adquiere en general de forma caótica, sin orden, y sin una formación exhaustiva y rigurosa. Algo por otro lado normal: se trata de un hobby, y se aprende cuándo y cómo se puede. Volar en Internet permite agilizar ese conocimiento, pero de ningún modo sustituye a una academia de vuelo profesional. Puede complementarla por supuesto, y de hecho muchos pilotos que vuelan en simuladores tienen una buena base, y unos cuantos vicios también, para volar de forma real. Pero la simulación de vuelo NO es un sustituto de la formación de vuelo real, en todo caso la complementa, y un piloto de una Cessna o un Boeing 737 no puede subir a los mandos de una aeronave real y esperar dominarla. Son cosas distintas, como cualquier piloto profesional sabe. Obviamente, aquellos que acusan a Flight Simulator de ser una herramienta susceptible de permitir el entrenamiento de terroristas, ni tienen idea de simulación, ni de aeronáutica, ni de terrorismo, y ni siquiera disponen de sentido del ridículo. Obviamente eso no les exime de una acusación tan grave como fuera de toda lógica.

Este hecho es una muestra clara de la confusión acerca de qué son, o qué dejan de ser los simuladores de vuelo. Es evidente que no son programas de formación de pilotos profesionales, pero a estos les permiten obtener conocimientos importantes. No son videojuegos, porque permiten un alto nivel de realismo. Entonces, ¿cómo clasificarlos?

Clasificación Made In Escuadrón 69.

Vamos a clasificar los simuladores de vuelo desde el punto de vista de los protagonistas que, de un modo u otro, tienen contacto con este género. Veremos así como hay, como se suele decir vulgarmente, opiniones para dar y tomar, y para todos los gustos.

Clasificación según los jugadores de videojuegos en general.

Para este grupo, los simuladores no son videojuegos puros. Es decir, sí, saben que son videojuegos porque así los anuncian, y los encuentran en un rincón de la tienda donde compran videojuegos, apartados en una mesa o tarima mugrienta donde se llenan de polvo, zona donde la gente pasa rápidamente en la mayoría de ocasiones en busca de cosas más interesantes.

Para este grupo, los simuladores son aburridos (ver punto primero de esta serie de artículos), y normalmente su opinión es clara: no son videojuegos. No los ven como tal. Podemos preguntar a los locos de las consolas de videojuegos, a los amantes de los First Person Shooters, a los amigos de las aventuras gráficas, o a los oscuros señores de los juegos de rol (que son más peligrosos que McGyver en una ferretería). Todos ellos tienen claro que los simuladores van más allá de lo que son videojuegos. Precisamente la complejidad inherente a estos productos son el motivo principal de que no entren más aficionados, junto con la poquísima información disponible sobre los mismos.

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Secret Weapons of the Luftwaffe mostró el camino futuro de la simulación

Esto no es algo consciente. Cuando un jugador de videojuegos ve un simulador, se da cuenta de que no es un sistema comparable al de otros productos. Quien piense que con esto queremos decir que es mejor, o peor, se equivoca. Queremos decir, simplemente, que es distinto, tiene otro tono, otro estilo. Las miles de horas que se pueden disfrutar con un simulador como Flight Simulator, LOMAC. Pacific Fighters, o Falcon 4, junto con el tipo de entretenimiento que da, totalmente abierto, y el grado de concentración que requieren, hacen que este tipo de software sea visto como algo distinto.

Ni que decir tiene que los jugadores de consolas que disfrutan con Ace Combat de PS2 o similares son candidatos a pasar al mundo de la simulación, cosa que ocurre, en un pequeño porcentaje de casos, pero se dan situaciones así. Mucha gente descubre en los simuladores ese producto que no se acaba en veinte o treinta horas, sino que le permite disfrutar durante años, como ocurre con Falcon 4 por poner un ejemplo longevo. En todo caso, los videojugadores y los simuladores, se encuentran a una prudente distancia que se va abriendo cada vez más con el tiempo y con la sofisticación de estos productos.

Clasificación según las distribuidoras.

Las distribuidoras (en general, sobre todo las más grandes) ven a los simuladores como videojuegos, porque no disponen de medios, o de capacidad, o de razonamiento para verlos de otra forma. Esto no debe sorprendernos; los simuladores comenzaron siendo videojuegos en sus versiones iniciales, y es ahora cuando han atravesado esa sutil frontera. Pero los distribuidores no lo han visto así, ni lo ven así, y siguen tratando a estos productos como si fuesen DOOMs o Age of Empires o cualquier otro. De nuevo debemos insistir: no tenemos absolutamente nada contra esos productos, y el que suscribe estas líneas es gran aficionado a la estrategia y FPS, pero son cosas distintas, muy distintas.

Las distribuidoras sin embargo presentan los simuladores como videojuegos, los jugadores no lo ven como videojuegos, luego los simuladores no se venden como los videojuegos. De esto deducen las distribuidoras que los simuladores son malos productos para venta en videojuegos, y esto provoca que el interés por crear este tipo de productos decaiga de forma exponencial a su complejidad. Como son cada vez más complejos, y como siguen presentándose como videojuegos, las ventas son pésimas.

Si las distribuidoras vieran a los simuladores como herramientas de entretenimiento software, que lo son, y como material de aprendizaje básico de aviación, que lo son, y lo presentaran adecuadamente de esta forma, fuera de los canales del resto de videojuegos, y con su propia estrategia de marketing y publicidad, probablemente las ventas serían mucho mayores. Pero en general la industria de la distribución es como un monstruo prehistórico que se mueve muy lentamente en cuanto a sus estrategias de mercado, y esto, que está siendo solucionado en otras áreas, lleva un considerable retraso en el mundo de la simulación. La conclusión es que esos simuladores siguen estando en las estanterías equivocadas, al lado de productos que nada tienen que ver con ellos, ni en concepción, ni en diseño, ni en objetivo de usuario, ni en modo de uso, ni en posibilidades.

Obviamente, las distribuidoras sabrán perdonar nuestra ignorancia, al fin y al cabo, los profesionales son ellos, nosotros somos simples aficionados que no sabemos nada de estas cosas. Pero por supuesto, tenemos derecho a comentar nuestras propias ideas que sabemos nunca serán tenidas en cuenta.

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Un grupo de aficionados en las reuniones llamadas "flaps & birras" donde se habla de simulación... y otras cosas

Clasificación según las revistas del sector de videojuegos.

Las revistas del sector de videojuegos, sean en papel o en formato electrónico, también, en general, pasan “olímpicamente” de la simulación aérea. Es como si no existiese, como si no estuviese ahí. Hay excepciones importantes, afortunadamente, como la revista en papel PC Life. Si nos basamos en la idea estándar de que los simuladores son videojuegos, es natural que estos medios de comunicación se ocupen de los mismos. Si no hablan de ellos, implícitamente están reconociendo que no son videojuegos, o bien, que sus ventas son tan lamentables, que ocupar más de media página con ellos es tirar el dinero.

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La revista PC Life sí habla de simulación, y lo hace en serio

Es curioso que muchas de estas revistas ignoren los simuladores, lo cual refuerza la idea de que nos los consideran videojuegos, pero luego, cuando realizan concursos y comparativas, ponen a un juego como Los Sims 2 junto a un simulador de submarinos o un simulador del caza F-16C. Y nos preguntamos ¿en qué están pensando? ¿Qué entienden por simulador? O, dicho de otro modo ¿en qué se parece un juego como Los Sims 2 a un sumergible alemán o a un caza F-16C? Con todos los respetos a un juego como Los Sims 2, que nos parece fantástico que entusiasme a tanta gente, nosotros no podemos llegar a captar la sutil diferencia entre una aeronave de 20 toneladas con misiles aire-aire y aire-tierra, y unos señores y señoras moviéndose por un entorno 3D realizando actos cotidianos bajo nuestro control. Ni podemos imaginar qué tiene que ver un sumergible alemán lanzando un torpedo a un destructor o a un crucero con el hecho de que mi personaje se haya casado y tenga un niño. No llegamos a ver la relación. Ellos sí la ven, y nos gustaría saber cuál es.

Las revistas del sector de los videojuegos tendrán que aclarar este panorama, porque actualmente su nula información mezclada con datos de este tipo como el comentado en el párrafo anterior, sólo sirven para confundir a los aficionados. Porque es evidente que un aficionado a los Sims 2 diga “mi juego de simulación social ha ganado frente a un simulador de submarinos, otro de tanques, y otro de aviones” es algo que clama al cielo. La simulación social y la simulación de un sistema cerrado como una aeronave o un buque son cosas distintas, pero las revistas, y otros medios, se empeñan en meterlos en el mismo paquete. Es absolutamente ridículo.

Así pues, no sabemos muy bien a qué atenernos, pero es obvio que la simulación navega entre dos aguas en la mayoría de revistas. No quieren o no les dejan hablar de simulación, y la confunden con cualquier otra cosa que lleve un nombre similar. Queda un largo, muy largo camino en las revistas del sector para aceptar que, efectivamente, los simuladores ya NO son videojuegos.

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Il-2 Sturmovik, el primero de una serie que es ya leyenda

Clasificación según las revistas de aeronáutica.

En España tenemos varias revistas del sector aeronáutico, y sólo una de ellas toca actualmente el tema de la simulación de vuelo. 

Sólo Avion Revue toca el tema de la simulación. No sólo la de simuladores profesionales lógicamente, sino la simulación para PC. Avion Revue había tenido una época en que a cada número le correspondía un artículo, breve pero conciso y claro, sobre un simulador. Luego dejó esa práctica, que aparentemente acaba de restablecer de nuevo. En esos artículos, Avion Revue describe con mucho rigor el producto, teniendo en cuenta que es una revista del sector aeronáutico y pueden valorar perfectamente este tipo de productos con un nivel de rigor y seriedad muy alto. De sus conclusiones casi siempre destacan la alta calidad de simulación con el producto analizado, presentando información sobre los sistemas y procedimientos simulados. Es un artículo que se agradece enormemente, porque ayuda a dejar claro que este hobby no es un simple pasatiempo, sino un hobby en toda regla.

Otras revistas no tocan el mundo de la simulación para nada. Y es una verdadera pena, porque creemos que podrían sacar un buen provecho de la misma. En revistas de aviación civil y general se podrían tratar los muchos aviones añadidos ligeros que están saliendo para Flight Simulator o X-Plane, algunos extremadamente detallados, así como otros simuladores recientes de vuelo en veleros. En revistas de aviación militar se podrían analizar los sistemas de simuladores como LOMAC o Falcon 4 o Pacific Fighters, y realizar interesantes análisis de estos productos comparándolos con sus homónimos reales. Desgraciadamente no parece que haya ningún interés en este tipo de documentos, aunque nos gustaría que se animaran a hacerlo sin duda. Sería desde nuestro punto de vista todo un paso adelante en su línea editorial. Pero obviamente, es nuestra modesta opinión.

Clasificación según los aficionados a los simuladores.

Los aficionados a los simuladores tienen inconscientemente la idea de que los simuladores son videojuegos. Esto es así porque de hecho se viene indicando que esto es así desde el principio de los tiempos informáticos. Y lo que antes era verdad, no tiene por qué dejar de serlo ahora. Pero sí lo es. No hay razón para pensar que el universo sea estático, y que algo que era una evidencia clara hace unos años lo tenga que seguir siendo ahora.

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La edad media entre los aficionados no es precisamente la de jovencitos...

(Un saludo a los compañeros de Simucat)

Si analizamos el patrón de jugadores de simuladores de vuelo, veremos que tienen de media una edad que ronda entre los veinte y los treinta y cinco años, y en muchos casos (cada vez más porque la gente envejece, desgraciadamente) van hasta los cuarenta o más. Son personas que muchas veces no juegan con consolas y/o videojuegos en general, o si lo hacen, mantienen esta actividad bastante al margen de su actividad principal con la simulación. Incluso en los casos en los que se dedican a compartir el rato con amigos de la simulación, el videojuego compartido dura unas semanas, a lo sumo dos o cuatro meses en el PC, volviendo luego a la actvidad de simulación. Esto es así porque ningún producto software de entretenimiento tiene la capacidad de duración y de absorción durante largos periodos de años que permiten los simuladores. En todo caso, otros productos software son complementarios, casi nunca el elemento principal de entretenimiento con el PC. Obviamente esto es muy variable y depende de cada jugador, pero la simulación absorbe muchas horas del tiempo libre que no permiten emplearlas en otro tipo de productos software.

Los aficionados a los simuladores son además grupos muy cohesionados, muchos son profesionales aeronáuticos, que trabajan conjuntamente alrededor de una web en grupos que organizan vuelos y actividades de formación, normalmente conocidos como escuadrones de vuelo o alas de combate. En ocasiones esto llega a más, creándose organizaciones legales para actividades muy diversas, como ocurre con Aviadores Virtuales Asociados, que agrupa a miembros de distintos escuadrones. Otros grupos, como esta web, el Escuadrón 69, tienen una buena base activa de aficionados en los foros, así como colaboradores, lo cual denota un interés bastante mayor por esta afición de lo que muchas veces nos quieren hacer creer.

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Existe un grupo similar al de los escuadrones, que es de los jugadores de rol (sí, esos que se dedican a matar gente con katanas japonesas, otro desgraciado tópico muy establecido). Los juegos de rol son complejos o muy complejos, lo cual requiere un estudio y aprendizaje que lleva su tiempo. Ello implica que estos juegos no sean compartidos por muchos aficionados, y deja claro que la organización de un grupo de aficionados está directamente relacionada con el nivel de complejidad del software usado. A mayor complejidad, se requiere mayor organización. En este sentido, los escuadrones son estructuras bastante organizadas (teniendo en cuenta que es una actividad lúdica), algo impensable en otros grupos. Por supuesto también depende del escuadrón, pero en general se nota una cohesión alta o muy alta.

La idea subyacente para un aficionado a la simulación es que está tratando con un videojuego. La idea que ven los familiares y amigos de un aficionado a la simulación es que se trata de un videojuego. Pero ¿qué ocurre cuando se descubre que se requieren meses, o años, para dominar un simulador, que los manuales son complejos, que se requieren sofisticados equipos con hardware específico, que se usan manuales de cientos de páginas incluyendo manuales de aviación real?

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Realismo puro y duro en 700 páginas de manual

Conclusión

La conclusión obvia es que, naturalmente, se descubre que los simuladores no son videojuegos. Los videojuegos se juegan durante una o dos horas, con un pad o con un teclado y ratón, y con un equipo de gama alta pero sin mayores complicaciones. Los simuladores sin embargo precisan de misiones de varias horas, briefings completos y a veces mucho más complejos que la propia misión a realizar, muchas veces pueden durar cuatro o cinco horas seguidas, con coordinación en cada fase de la “partida” (vuelo), comunicaciones verbales precisas y sacadas de la realidad, hardware específico como el TrackIR o el Sistema de Control Saitek X-52 , incluso en ocasiones con cockpits (cabinas) especialmente preparados, y con equipos de gama alta o muy alta con gran cantidad de recursos, además de una configuración específica para obtener el máximo rendimiento de los componentes de la máquina. Naturalmente, pensar que, bajo esas circunstancias, estamos hablando de simples videojuegos, es cuando menos dudoso.

 

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Esta cabina es de un aficionado al Flight Simulator, sobran las palabras: increíble

Los aficionados a los simuladores de vuelo piensan en este tipo de productos como un hobby propio, maduro, e independiente de la plataforma de videojuegos general. No buscan el momento, sino la comprensión de un sistema altamente complejo, sea en el mundo civil o el militar, y procuran adaptarse al mayor realismo posible. Es cierto también que algunos usuarios vuelan de forma arcade, o montan partidas online en combates aéreos donde todo vale y que parecen combates de Quake o Counter Strike en los cielos. Pero ese tipo de combate, y ese tipo de idea, acaba cansando rápidamente, y es sustituido por formas más sofisticadas de vuelo, en misiones cooperativas, donde varios miembros de un escuadrón, o de varios escuadrones, realizan partidas que en muchas ocasiones tienen varias etapas, que pueden durar días o incluso semanas, en campañas muy realistas y con gran grado de detalle. Eso no es posible verlo en general en ningún tipo de videojuego. Sí se organizan partidas, pero duran un par o tres de días, y suelen ser actividades organizadas por plataformas dedicadas expresamente a estos menesteres, en concursos diversos donde se va mucho más allá de pasar un buen rato.

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Entusiastas de Aviadores Virtuales Asociados preparan sus bártulos

En definitiva, los que más podrían estar convencidos de que los simuladores son videojuegos, son aquellos que, en el fondo y en la forma, menos actúan como tales. Sólo el empecinamiento de los medios y distribuidores nos hacen creer que este hobby se enmarca dentro de una actividad dentro del mundo del videojuego, algo que está ya hoy en día muy alejado de la realidad. Es nuestra modesta opinión, y sin duda podemos estar equivocados, pero creemos sinceramente en este punto de vista. Pásate por el foro y explícanos tu idea, estaremos encantados de escucharte y saber lo que piensas.

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