En el mundo de la aeronáutica y la astronáutica, la NASA es una entidad mítica. Frases como "es un ordenador de la NASA" o "podría trabajar en la NASA" conminan, respectivamente, a un ordenador tremendamente potente, o a una persona con unas capacidades sobresalientes. Y es cierto, la NASA ha sido un referente desde su fundación para miles y miles de jóvenes entusiastas de la ciencia y la tecnología.
La película 2001: una odisea del espacio, refleja bastante bien lo que la NASA soñaba para el primer año del nuevo milenio: naves y estaciones espaciales muy avanzadas, y bases lunares. Todo ello era una proyección de futuro de los enormes progresos que se estaban llevando a cabo en aquellos años sesenta. El futuro era el espacio, y era evidente que su conquista era irrenunciable. Cuán equivocados estaban.
Sin embargo, esa gran fábrica de futuro, ese gran centro de investigación avanzada, se muere. Repetidos golpes han ido mermando su capacidad.
El primer golpe fue el fin de la carrera espacial, cuando los estadounidenses llegaron a la Luna. Los rusos abdicaron (por cierto, razón más que suficiente para creer que sí se llegó a la Luna), y el proyecto Apollo se abandonó. Posteriores diseños de misiones tripuladas también fueron abandonados.
El segundo golpe fue la caída de la URSS. Sin un enemigo claro, los proyectos fueron siendo abandonados. Reiterados esfuerzos por crear una nueva serie de proyectos, como nuevos transbordadores o el proyecto Constellation para ir a la Luna, fueron desestimados. Aún recuerdo las palabras de George Bush (padre) a principios de los noventa: "back to the Moon, but, this time, back to stay". Compárense con las pronunciadas por Kennedy en 1961, y se podrá disponer de una idea clara de cómo han cambiado las cosas.
El tercer golpe, ya demoledor y definitivo, ha sido la crisis de 2008 que aún perdura, y lo que te rondaré morena. Esta crisis se está llevando por delante muchos sueños de juventud. El proyecto SETI por ejemplo, ha sido clausurado, y todavía peor, se quiere terminar con el seguimiento de los datos aportados por las sondas Voyager y Pioneer que se encuentran fuera del sistema solar, y que están aportando datos sorprendentes sobre la estructura de la heliopausa, es decir, la zona donde la influencia del Sol deja de ser significativa, y se entra en el espacio interestelar. En nombre de la crisis, se está dejando de lado la investigación que ha aportado conocimientos y desarrollos que han mejorado la calidad de vida del ser humano, y que han hecho posible el mundo en el que vivimos.
Todo ello lleva incorporado un claro mensaje: Estados Unidos ha olvidado sus sueños, sus ansias de progreso, y su pasión por ser líder. Ha crecido, y se ha hecho responsable, y ha comprendido que no hay que gastar dinero en quimeras. Ese es uno de los primeros signos que demuestran cuándo una nación empieza a vivir su decadencia. Como otras naciones e imperios, cuando se establecen muros a las fronteras, esas fronteras están destinadas a ser la soga que ahogue a esa nación y le haga perder su poder de innovar, de crecer, de ser el referente que hasta entonces había sido. El muro de Adriano fue un signo claro de los límites de Roma. La caída de la NASA es el muro que aboca a Estados Unidos al vacío de la nada.
¿Cuál es el futuro? La conquista del espacio, se quiera reconocer o no, es el futuro, el único futuro, de la humanidad. Ahogados en este planeta, con los recursos agotados y sin posibilidad de salidas que no sean una guerra total, la humanidad se está enfrentando a una crisis económica muy grave, pero otra crisis, la crisis de los recursos, llama a la puerta. Será una crisis que dejará la actual en un paseo por el campo.
Por lo tanto, alguna nación deberá tomar el liderazgo de la conquista del espacio, y esa nación podría ser China. China es sin duda la nueva fuerza política y económica que emerge tras el descalabro de Estados Unidos, y también comienza a ser una potencia militar de primer orden.
Sin embargo, debido a la nula competencia, la conquista del espacio no es una prioridad. Sólo una comprensión clara de la situación real que vivimos, que aboca al desastre, puede hacer reaccionar a las naciones más poderosas del planeta. Estados Unidos aún podría tener una oportunidad, si realmente llegase a reaccionar algún día. China es evidentemente el referente futuro, pero habrá que analizar qué interés tiene por el espacio. Rusia y Japón andan muy ocupadas con sus propios problemas, y Europa, bueno, Europa ni es una unión ni es capaz de articular ninguna acción coordinada sensata debido a los intereses nacionales de cada país frente a los intereses comunes de todos. Quedan, pues, cada vez, menos opciones.
La NASA tiene otros proyectos, sin duda, y algunos muy interesantes. Pero no quiero pensar en esos astronautas en paro en su entrevista de trabajo: - Hola, venía a por el puesto, -Ah, ¿y qué experiencia tiene usted?, - Soy astronauta y tengo un doctorado en ingeniería aeronáutica y un master en física teórica. - Muy bien, pero nosotros buscamos gente con conocimientos de temas importantes como finanzas, bolsa, o refinanciación de empresas y de países, que es lo que se lleva. Muchas gracias, y... Ya le llamaremos.
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