El Congreso de Estados Unidos cancela el F-22 por la crisis

Durante muchos años, el proyecto que nació para el futuro caza de combate en los noventa, y que dio lugar al Lockheed F-22, tuvo una gran resistencia y problemas de desarrollo que elevaron los costes de una forma muy importante. Ahora, y con el acento en la grave crisis económica que está siendo muy dura en Estados Unidos, el Congreso de ese país ha decidido cancelar cualquier gasto nuevo en el poderoso caza norteamericano. Los enormes costes por unidad, junto con la idea de que hoy en día no es necesario un caza tan sofisticado en la llamada guerra asimétrica, han sido las causas principales. Eso, y, por supuesto, una crisis que está calando de forma muy profunda en los presupuestos del todavía país más poderoso del mundo.Por no hablar de problemas estructurales y mecánicos que han aparecido recientemente.

Así pues, las unidades de F-22A Raptor que ya están en vuelo serán retiradas, excepto un par de unidades que pasarán a la NASA con motivos científicos, como ya ocurriera con otros aviones como el F-5 y el F/A-18. Para paliar la carencia de aviones de combate, la USAF va a reabrir, mediante la empresa Boeing, la planta de fabricación de un viejo conocido con amplia y demostrada experiencia, concretamente un nuevo modelo conocido como F-15XC (por eXtended Capabilities). Estos F-15XC incorporarán algunos elementos tecnológicos del F-22A, especialmente los dedicados al radar y sistemas defensivos electrónicos. También dispondrán de algunos otros elementos como nuevos motores mejorados.

Las circunstancias son similares, y recuerdan en muchos aspectos, a las habidas con el helicóptero de ataque y reconocimiento RAH-66 Comanche, que también fue retirado por no ser necesario en los actuales escenarios. El F-22A, que con su coste parecía ser un supercaza para la primera mitad del siglo XXI, sin embargo ha sembrado de dudas a muchos especialistas, que no veían claro que realmente su superioridad fuese tan evidente frente a cazas de cuarta y quinta generación actuales. Ahora el F-22A quedará como un recuerdo, sin haber podido demostrar en combate real cuál era su efectividad y su capacidad como sistema de armas ultramoderno. Un avión que muere antes de haber podido ser puesto a prueba en combate, y que ahora ya descansará para siempre en la memoria de la aviación y en algunas pruebas de la NASA. Siempre recordaremos este gran avión de combate que tanto dio que hablar y que ahora, desgraciadamente, desaparece para siempre víctima de esta crisis que parece arrastrarlo todo a su paso. Lo veremos en algún museo y lo recordaremos con el cariño que todos los aficionados hemos tenido por este superavión. Hasta siempre F-22.