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El panorama del desarrollo de software de entretenimiento en España


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Recientemente, ADESE, empresa que aglutina a la mayoría de empresas de software de entretenimiento de España, ha realizado un llamamiento al desarrollo de empresas de videojuegos en España, aprovechando la apertura de Gammick, una nueva empresa cuya finalidad es desarrollar videojuegos en nuestro país. Tal como informan, sólo la conocida Pyro Studios ha obtenido renombre internacional (con la saga Commandos entre otros productos). En un país que es cuarto en consumo de software de entretenimiento, la realidad es que el desarrollo de software lúdico se encuentra en posiciones muy retrasadas. 

Gammick Despega una nueva empresa española de software

En realidad, no hay ningún secreto en el cada vez mayor retraso de España frente a otros países en el desarrollo de software. Se engloba dentro del contexto de la problemática cada vez mayor que tiene nuestro país para competir con nuestro entorno a nivel de Nuevas Tecnologías en lo que se ha dado en llamar I+D+i (Inversión + Desarrollo + innovación), donde países como Estados Unidos o Francía y otras economías están apostando muy fuerte por el desarrollo de software, como en el caso de los países de la CEI en el caso de simuladores.

Años ochenta, años felices.

En los años ochenta se desarrollaron algunos productos de software de entretenimiento de bastante éxito internacional. La razón era muy clara: en aquellos años, una o dos o tres personas con un gran ingenio y mucho entusiasmo podían crear productos de calidad y ponerlos a la venta de forma artesanal. No era necesaria una inversion inicial fuerte, no se requerían grandes medios, los conocimientos estaban concentrados, y ese pequeño grupo de personas dominaban los aspectos del desarrollo tanto a nivel de programación, inteligencia artificial, guión, diseño gráfico, e incluso música. El desarrollo directo en máquinas de ocho bits, tales como los Spectrum, los Spectravideo, los MSX, los Amstrad, los Commodore, y otros, permitía crear un producto sencillo pero imaginativo que tenía muchas posibilidades de ser un éxito moderado, a veces un gran éxito, porque el entusiasmo y el esfuerzo eran la clave del desarrollo, sin grandes inversiones económicas. En un garaje, o incluso en la propia vivienda, la gente disfrutaba creando casi más como un hobby que como una forma de ganarse la vida. Eran tiempos digamos “felices”. Y era el presagio de que el entusiasmo y el ingenio personal son elementos netamente españoles, pero que debe acompañarse de otros elementos si quiere tener una posibilidad de futuro. Veámoslo.Años noventa, empieza la complejidad.Con los años noventa las cosas se empiezan a complicar. Los pequeños desarrollos comienzan a dar paso a productos desarrollados por empresas con una infraestructura orientada ya al desarrollo totalmente profesional. En España ciertamente se crean empresas de estas características, pero los costes suben cada vez más. La inversión necesaria para crear un producto de entretenimiento software es cada vez mayor, la apuesta económica se hace en cada ocasión más importante, y finalmente el riesgo de invertir en un producto que luego no devuelva unos beneficios de forma clara e inmediata pone en peligro muchos proyectos. Pequeñas empresas con un capital pequeño que no pueden asumir esos riesgos económicos caen, y no aparecen otras que las sustituyan. Los posibles inversores no están dispuestos a invertir en tales riesgos y derivan sus capitales hacia otros mercados.Aquí, a lo largo de los años noventa, se produce la rotura entre otros países y España. La falta de inversión, la falta de medios tecnológicos, la muy deficiente formación del personal, y una nula visión de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, llevan a España a quedarse en la cuneta del desarrollo de software de entretenimiento. Veámoslo por partes. 

EditorCrear escenarios es una de las muchas y largas actividades en muchos juegos

Causas generales de la pérdida de competitividad española en software de entretenimiento.Una relación rápida de puntos que pueden indicar la pérdida de competitividad y el que nos hayamos convertido en grandes consumidores y muy pobres desarrolladores podría ser la siguiente serie de aspectos: - Falta de inversión. En España la inversión siempre se realiza a tres niveles: corto o muy corto plazo; sobre un riesgo mínimo, y con un control completo de la inversión para que, en caso de cualquier peligro, por pequeño que sea, se pueda fácilmente derivar la inversión a otro producto. El ejemplo actual es la inversión inmobiliaria, pero existen otros ejemplos, las compañías aéreas por ejemplo sufren de inversores a corto o muy corto plazo también en España. En cualquier caso, se dan dos circunstancias: el inversor no quiere arriesgar en tecnologías y desarrollos de alto riesgo, y además desconoce completamente el mercado. De hecho, a la mayoría de inversores en España no les preocupa dónde invierten ni les interesa conocer el mercado donde están invirtiendo. Les basta con conocer el riesgo que existe, saber que pueden desviar el capital invertido inmediatamente a una inversión más segura aunque sea rentablemente muy inferior, y obtener un beneficio que, aunque no sea alto, les permita reinvertir otra vez a corto plazo. Obviamente, inversiones de tan poco riesgo y a tan corto plazo y sin conocimiento son absoluta y totalmente incompatibles con cualquier desarrollo tecnológico que desee ser competitivo.- Falta de medios tecnológicos. Una de las consecuencias de la falta de inversión es que no se dispone de medios adecuados para el desarrollo. No sólo los básicos; una oficina, unos sueldos adecuados, etc, sino de tipo tecnológico. Ya no es suficiente con un pequeño y modesto ordenador donde se hace todo. Hace falta hardware especializado para renderizado de imágenes, para creación de la música, para realizar los testeos, etc. Hardware caro que además se va quedando obsoleto a gran velocidad, por lo que supone un coste alto que no se puede revertir a corto plazo y mucho menos si el producto desarrollado requiere de cada vez más tiempo de desarrollo. Si antes un producto se podía terminar en meses, cada vez más son los años los necesarios para crear un producto que sea competitivo. Hacen falta además medios para todo el personal, que cada vez es mayor y más especializado. El software es igualmente cada vez más caro, y un ejemplo serían los API 3D que muchas empresas compran para no necesitar desarrollarlo, pero que suponen una grandísima inversión. O crear un paquete propio, lo cual incluso puede salir más caro. Si además el desarrollo es multiplataforma habrá que preparar un equipo multidisciplinar o bien tantos equipos como plataformas vayamos a tener. Este es un tema para extenderse pero podemos centrar la situación en que, en definitiva, los costes son cada vez mayores también en software.- Deficiente formación del personal. No basta ya con los dos o tres entusiastas que a base de horas y de amor al arte crean un gran producto. Se requiere personal especializado, con un alto nivel técnico, que conocen su especialidad perfectamente pero no dominan casi nada el resto de materias, y que tienen unos sueldos de nivel medio y alto y una motivación importante. Todo esto es imposible encontrar en España. Las universidades han ignorado hasta fechas recientes y sistemáticamente las nuevas tecnologías o las han aplicado de forma convencional y con medios y métodos totalmente obsoletos. Las nuevas tecnologías se ven en todo caso como cualquier otro tipo de ingeniería, cuando tienen su propia idiosincracia. No existen especialidades en las universidades. Los que desarrollan son entusiastas que han adquirido conocimientos por sí mismos y también trabajando en el extranjero. La falta de inversores y el muy bajo nivel de sueldos no promueve tampoco a que aparezcan expertos en unas materias que cada vez requieren más inversión y mayores expertos. De nuevo España pierde la oportunidad al no tener personal adecuado para crear proyectos de nivel que sean competitivos.- Baja visión de futuro. En España, las inversiones de futuro se cuentan en plazos de meses. Además, el inversor medio es tremendamente conservador en sus inversiones. Ello conlleva que cualquier persona con un proyecto interesante se encuentre con una barrera de vacío absoluto. Ni tiene inversores, ni tiene medios tecnológicos, ni encuentra personal formado, ni encuentra en las empresas públicas o privadas soporte para sus proyectos. Además, el software de entretenimiento no se considera algo “serio”, sino un producto accesorio y secundario. No hay por tanto interés en invertir en algo que es “cosas para los niños”.- El Gobierno tampoco apuesta. Otros países están dando soporte a las nuevas tecnologías y entre ellas al software de entretenimiento. En España, este tipo de industria sigue siendo ignorada por los diferentes gobiernos que deberían preocuparse por crear un tejido de empresas y personal con capacidad competitiva frente a los vecinos países, que están abriendo una brecha en estos elementos cada vez mayor.Personal especializado, medios técnicos modernos, e inversión, son las claves.Todos estos elementos han estado acrecentando durante años nuestro distanciamiento con respecto a otros países de nuestro entorno. Actualmente la tendencia parece que por fin comienza a cambiar, y comienzan a aparecer estudios serios y competitivos de nivel universitario, con soporte de empresas del sector de las tecnologías, para formación de personal en las muchas y muy complejas áreas requeridas para el desarrollo de un producto software, con inversiones que se miden en varios millones de euros y en plazos de dos, tres años de media. Efectivamente, las universidades empiezan a incorporar planes de estudio, y algunas empresas tecnológicas comienzan a incentivar a los jóvenes para introducirse en estas especialidades. Pero es importante que se produzca de forma decidida el paso de una filosofía de riesgo bajo o muy bajo en las inversiones, a otra donde se arriesgue capital en este tipo de desarrollos. Eso conlleva un importante cambio de mentalidad que es bastante difícil de conseguir. Alguien tendrá que demostrar que el dinero invertido en este tipo de proyectos se puede considerar lo suficientemente seguro como para que otros se animen a su vez a invertir también. Pero obviamente, la rentabilidad es algo que requiere éxito, y el éxito requiere una alta inversión. Además de que no se puede garantizar el éxito en este mercado, como de hecho no se puede garantizar en ningún mercado relacionado con las Nuevas Tecnologías, y eso forma parte del secreto. Un producto caro puede ser un fracaso comercial y hacer que la inversión se pierda. Ante un panorama así, se llevan a cabo estrategias de diversificación del capital y de obtención de socios de capital riesgo para llevar adelante un proyecto, pero ello requiere un nivel de coordinación y cooperación entre inversores que tampoco es muy común en nuestro país. Y sin inversión, volvemos al principio de la rueda: no existe futuro ni posibilidades de crear una industria sólida en el terreno de la tecnología del entretenimiento.Resumen: futuro, cuestión de riesgo.Pensar en subirse al carro de los países que están al nivel máximo es algo que no sale gratis. Los diferentes componentes de la ecuación van a tener que buscar la forma de animar a los inversores para que inviertan en el desarrollo de software de entretenimiento, y ello conllevará apostar por el riesgo. El es precio a pagar para ser competitivos. Pero ese riesgo puede, y probablemente debe, ser compartido. Tal como comentábamos, el gobierno debería dar su apoyo con incentivos del tipo que sea necesario, sean fiscales, tecnológicos, con ventajas en créditos, o con cualquier fórmula que se estime oportuna. Quizás echar un vistazo para ver qué hacen otros gobiernos sería un punto de partida, analizar sus ideas y actuaciones e intentar llevarlas a cabo en España de la forma que se crea más oportuna y conveniente. Pero sin duda habrá que cubrir un riesgo que permita el desarrollo de un nuevo tipo de empresas al estilo de Pyro Studios que trabajen en la innovación y en el desarrollo de productos de alto nivel que puedan salir al extranjero y sean vistos como en su momento se vio al ya comentado Commandos: un producto de gran calidad que no tenía nada que envidiar a otros de la época. Talento no falta, al contrario, hay personas muy entusiastas. Tampoco faltan inversores, ni posibilidades de futuro. El problema es crear la amalgama para que todos ellos se pongan a trabajar para comenzar a crear una serie de empresas competitivas y de futuro en el mundo del software de entretenimiento. Realmente, nos va en ellos engancharnos al tren del futuro, o quedarnos irremisiblemente tirados en una vía muerta durante muchos años. Y esa segunda opción no debería, a la larga, interesar a nadie.

Mucha suerte, Gammick. 

 

Gammick

 

Desde aquí le deseamos el mayor de los éxitos a Gammick, en el interés, como aficionados, en que pueda desarrollar un trabajo serio y profesional en el mundo del software de entretenimiento. Esperamos grandes éxitos para ellos y... ¿algún simulador propio? Bueno lo habrán de decidir ellos claro, pero tienen desde aquí a un grupo de incondicionales si algún día se animan.


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