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Crononautas y la Teoría Cuántica de Bucles


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Nuevas fronteras, nuevas posibilidades.

Hace un tiempo, realizamos una incursión imaginativa sobre las posibilidades que abre la teoría de cuerdas en física teórica para el viaje a velocidades superlumínicas. Recordemos que la teoría de cuerdas es actualmente la que dispone de más adeptos como base para la fusión de la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.Existe otra teoría, más conservadora y que parte de las ecuaciones de Einstein, que también intenta fusionar relatividad y cuántica de una forma menos espectacular, pero más cercana a los datos conocidos hasta ahora. Se trata de la teoría de la gravedad cuántica de bucles, y ha demostrado, según el criterio de un grupo minoritario pero destacado de físicos, tener una solidez y una base matemática mucho más cercana al mundo real que la teoría de cuerdas. En la teoría de cuerdas, 10 elevado a 500 son los universos posibles que se dan como resultado de explicar los aparentes valores arbitrarios del universo, tales como la longitud de Planck o la masa y carga del electrón. Valores arbitrarios que no lo serían más que en este universo, habiendo otros donde los valores diferirían, creando universos con leyes naturales distintas, y como consencuencia, universos en ocasiones muy distintos al nuestro. Esta explicación es, para algunos físicos, una huída hacia adelante por no poder explicar los aspectos básicos de los valores arbitrarios de las constantes del universo.Por otro lado, la teoría de cuerdas se desarrolla en un substrato espacio-temporal fijo, y no atiende a este substrato para explicar el desarrollo y comportamiento de las cuerdas. La gravedad cuántica de bucles sí lo hace, y por ello resulta en un modelo que contiene, de una forma mucho más completa, los aspectos cruciales sobre materia, energía, espacio, y tiempo, que han de conjugarse para crear una teoría del todo.Dicho de otro modo: la teoría de cuerdas desarrolla su base en un marco espacio-temporal fijo y que le es ajeno. La teoría de la gravedad cuántica de bucles incluye ese marco en su modelo teórico.Átomos del espacio y del tiempo.Con este nombre se publicó hace un tiempo un artículo en la revista científica Investigación y Ciencia, donde se desarrolla el concepto básico del átomo, expresado como la partícula mínima de espacio, y la partícula mínima de tiempo. Estos valores corresponden con la longitud de Planck y el tiempo de Planck, y son, según esta teoría, unidades indivisibles. Desde los tiempos de Demócrito en Grecia se estimó que la materia debería de poder cortarse hasta un elemento mínimo. La idea era tan simple, y tan atrevida en aquellos tiempos, como considerar la materia como discontinua, y formada por una entidad que se denominó “átomo”, del griego “indivisible”. La escuela atomista, que basaba su principio en esta idea, tuvo un gran contricante en el famoso filósofo Aristóteles, el cual pensaba que la materia era efectivamente continua y podría cortarse hasta el infinito.La caída del Imperio Romano y la llegada de la Edad Media provocaron en occidente el olvido de muchas ideas avanzadas griegas, y que las hipótesis de Aristóteles se convirtieran de hecho en dogmas de fe. La ciencia griega quedó perdida en el tiempo, salvándose en muchos casos en manuscritos escondidos, y en el trabajo de copia de algunos monjes que se dedicaron a salvar una pequeña parte del conocimiento de la grecia clásica. Durante siglos, el conocimiento fue prácticamente inexistente. La “época oscura” de la Edad Media lo fue sobre todo por una vuelta a un estadio más primitivo en muchos ámbitos, olvidando importantes progresos de las civilizaciones griega y romana.Afortunadamente, la revolución que provocó el Renacimiento en Italia, luego extendido a toda Europa, dio lugar a un gran despliegue de nuevas ideas, y a desenterrar la parte no perdida de los conocimientos e ideas de los antiguos griegos. Esta fue la base para que, posteriormente, durante los siglos XVI a XVIII, se desarrollara el embrión de la ciencia moderna, que tuvo en Newton al que probablemente fue su máximo exponente, sin olvidar a personajes tan importantes como Galileo, Copérnico, Tycho Brahe, Kepler, y otros. Todos ellos abrieron las puertas a la comprensión de la materia y su estructura, cada uno dando una visión de la naturaleza básica del funcionamiento del universo. Luego, el siglo XIX y su idea preconcebida del determinismo dio lugar al siglo XX y la revolución de la Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica, las cuales son la base de la ciencia y la tecnología actuales.La constante de estructura fina y el desarrollo del universo cuántico.De la misma manera en que los griegos se preguntaron hasta qué punto sería posible “cortar” la materia, la ciencia del siglo XX y del siglo XXI se ha venido preguntando si sería posible cortar el espacio y el tiempo, hasta obtener una unidad indivisible. La física contiene una serie de constantes aparentemente inalterables o, al menos, lo suficientemente estáticas para que no se aprecien cambios en sus valores (aunque se especula que haya podido haber muy ligerísimas variaciones); son las anteriormente comentadas constantes básicas del universo, y más concretamente, la constante de estructura fina, que es la constante física fundamental y se basa en ciertos valores de la naturaleza cuyo resultado combinado resulta en el valor 7,297352568 x 10-3.

Constante de estructura fina
Constante de estructura fina

Donde e es la carga elemental, \hbar = h/(2 \pi) es la constante reducida de Planck, c es la velocidad de la luz en el vacío, y ε0 es la permitividad del vacío (definición estándar valor definido por CODATA 2002). Este valor parece claramente arbitrario. Y lo es sin duda, al menos aparentemente. Precisamente ello ha llevado a los teóricos de cuerdas a pensar en que esta arbitrariedad no es tal, sino fruto de un universo donde los valores que permiten esta constante de estructura fina es precisamente el indicado. Tiene ese valor porque en este universo las leyes de la naturaleza lo han dotado de esta constante. Otros universos tendrán, de este modo, otros valores arbitrarios, y, teniendo en cuenta que el valor se basa en las constantes básicas de la naturaleza, el propio universo se verá regido por otras leyes universales. La teoría de gravedad cuántica de bucles, sin embargo, busca otra explicación para este valor, basándose en la mecánica cuántica y la teoría general de la relatividad de Einstein.Hay otra consecuencia muy importante que se desprende de este valor arbitrario. Y es que, el universo, tal y como lo conocemos, tiene las leyes que tiene precisamente porque toma el valor de la constante de estructura fina (que, como se ha visto, es la combinación de una serie de constantes fundamentales de la naturaleza). Y ello conlleva una consecuencia primordial: este valor permite la creación de los átomos, las moléculas, y las estrellas, entre otros elementos. Naturalmente, esta consecuencia en forma de átomos, moléculas, etc, son por lo tanto fundamentales, ya que ellas conllevan la creación de vida orgánica tal como la conocemos. Dicho de otro modo: sin este valor concreto de la constante de estructura fina, la vida no existiría, ni siquiera átomos, moléculas, planetas, y estrellas. La vida es fruto de un valor muy ajustado de las leyes y constantes del universo. Un cambio menor, mínimo, conlleva un universo muy distinto, y la imposibilidad de que surjan moléculas complejas que con el tiempo puedan conformar las estructuras básicas de la vida. Un ejemplo clásico es la relación entre el protón y el neutrón. Si aquel fuese sólo ligeramente más pesado que éste, el universo tal como lo conocemos no existiría; sería una masa de estrellas de neutrones frías y oscuras flotando en el universo sin otro tipo de materia. Ni estrellas, ni planetas, ni por supuesto vida.Recientemente, algunos estudios han “jugado” con los valores que genera la constante de estructura fina, modelando hipotéticos universos donde podrían existir leyes similares que conformaran los elementos básicos para la creación final de vida, pero, tratándose de hipótesis, no podemos sino imaginar esos universos alternativos.En los años setenta y ochenta del siglo XX, y en relación a este concepto causal, con un universo que parece extremadamente bien diseñado para albergar vida, y en donde se encuentran unos valores muy precisos para la misma, se desarrolló una hipótesis llamada principio antrópico, que creó bastantes dolores de cabeza a muchos físicos. Básicamente, este principio asevera que, cuando nos planteamos por qué existe el universo como es, la conclusión a la que se llega es que el universo existe tal como es porque su estructura y valores de las constantes son capaces de generar organismos vivos que evolucionan con el tiempo, terminando por crear seres inteligentes que se preguntan por qué existe el universo. Es decir, el universo existe en su estructura y naturaleza porque cualquier otra opción no hubiese permitido que seres inteligentes se preguntaran por qué existe el universo.Este principio, para muchos absurdo, que obviamente lleva a un círculo sin fin universo permite vida -> universo genera vida -> la vida se pregunta por qué existimos -> universo permite vida >, ha sido una de las bases para que los físicos trabajen en la creación de muchos aspectos de las actuales teorías que intentan romper esta aparente rueda infinita que parecería sugerir que el universo tiene una finalidad en la creación de vida, algo que ni remotamente se puede sugerir, ya que la vida es una consecuencia del universo, no un objetivo ni un principio integrado con el universo.El tejido básico de la naturaleza.La teoría de gravedad cuántica de bucles propone un concepto realmente interesante y que con el que se podrían explicar dos de los elementos más esquivos de la naturaleza: el espacio y el tiempo. Ambos son distintos, pero, en realidad, ambos están íntimamente enlazados, como bien demostró Einstein mediante la Teoría de la Relatividad, una teoría ampliamente demostrada, y que aún hoy sigue siendo enormemente precisa, tanto es así que recientes experimentos muy precisos la avalan con un grandísimo nivel de detalle.Para la gravedad cuántica de bucles, el propio espacio estaría formado por átomos. Del mismo modo, el tiempo también estaría formado por átomos. Pero es muy importante dejar claro que la naturaleza de estos átomos no es la misma que la de la materia que todos conocemos. No por ello dejan de ser estos átomos entidades únicas. De hecho, el término más correcto sería el de partículas. Así pues, tendríamos partículas que conformarían el tiempo y el espacio, en un tejido entrelazado que da forma al universo en su vertiente más básica: el lugar donde existe todo lo demás, y el tiempo sobre el que transcurre todo lo demás.Pensémoslo por un instante: sabemos que la materia está formada por átomos, que a su vez están formados por partículas. Sabemos que podemos cortar una manzana hasta un punto donde sólo haya átomos, y no podemos continuar más allá, excepto quizás rompiendo los propios átomos, pero nada más. Sabemos, también, que la energía está formada por fotones, en cualquier longitud de onda, sean rayos X, luz visible, u ondas de radio. Sabemos que esa energía está cuantizada, es discreta, es decir, la energía también tiene una unidad, el fotón, que es indivisible. ¿Por qué no ir un paso más allá, y pensar que, quizás, el propio espacio y el tiempo están formados por partículas elementales?

Las cuatro fuerzas de la naturaleza
Las cuatro fuerzas de la naturaleza: nuclear fuerte y débil, electromagnética, y gravitatoria

 Cortar el espacio y el tiempo.El ser humano lleva miles de años interactuando con la materia y con la energía. Con estos dos elementos, hemos creado la sociedad tal y como la conocemos. A pesar de nuestra capacidad destructora y egoísta, hemos creado un mundo donde las posibilidades de supervivencia y de progreso son mejores (al menos para una parte de la humanidad, pero ese es otro tema). Sin embargo, como ya hemos comentado en capítulos anteriores de esta serie de artículos, la Tierra no puede ser para siempre la cuna del ser humano. En ese sentido, ya hablamos de la teoría de cuerdas y las implicaciones de posibles multiversos o metaversos, dotados de distintas leyes físicas, y que permitan el viaje interestelar mediante el empleo de un reactor de efecto de túnel cuántico.En este capítulo, vamos a ver qué implicaciones tiene la gravedad cuántica de bucles a la hora de viajar en el espacio… Y en el tiempo.Cosmonautas del espacio.La gravedad cuántica de bucles, de acertar en su concepción primordial sobre el tiempo, abriría una puerta a la ingeniería del viaje interestelar como nunca antes se ha concebido. ¿Qué sucedería si, dada una partícula de espacio, se desarrollase un reactor capaz de manipularla? Este concepto realmente no es nuevo, aunque sí la implementación de la teoría. No es nuevo porque sagas de ciencia ficción como Star Trek proponen lo que se llama un “motor de curvatura”, que literalmente plegaría el espacio para de este modo viajar a velocidades superlumínicas. Para ello, emplea una reacción de materia-antimateria cuya energía sirve de fuente para el plegamiento. Pero ¿qué es lo que pliega, es decir, qué elemento del espacio es “plegado” para de este modo producir el desplazamiento? En esta saga, el espacio es como una especie de tejido continuo, que puede “pellizcarse” y plegarse al paso de la nave, para de este modo obtener el traslado.La gravedad cuántica de bucles, permitiría ir un paso más allá. El espacio no sería plegado, como en una onda, sino manipulado directamente. Se crearía un vórtice espacial frente a la nave, que impulsaría a ésta. Sería un efecto similar al vacío que provoca una fuerza de relleno. Es decir, del mismo modo que un ala crea una zona de baja presión, que permite la sustentación por el efecto de vacío, la nave interestelar crearía una zona de espacio restringido, que provocaría que las partículas del espacio empujasen a la propia nave, generando un movimiento de traslación.Debido a que es el espacio mismo el que se pliega, y a que son las partículas las que son modificadas, la teoría de la relatividad no se violaría. Dicha teoría contempla la imposibilidad de viajar más rápido que la luz, pero siempre en un espacio plano. Si ese espacio se manipula, y se pliega, no se está violando la ley.Quizás el amable lector crea que esto es imposible. Bien, de hecho, ya conocemos este fenómeno, a escala natural. Cuando el universo se creó hace unos 13.700 millones de años, se produjo un fenómeno de expansión gigantesca del espacio llamado inflación, que amplió el espacio mucho más allá de lo que el ojo humano puede abarcar.  Actualmente, podemos ver los bordes del universo sobre 13.700 millones de años, pero se sabe que el universo podría tener unos 40.000 millones de años luz de diámetro. Como el universo se expande, y como lo hace al cuadrado de la velocidad según la distancia de dos objetos (ley de Hubble), tenemos que algunos objetos muy lejanos se desplazan a la velocidad de la luz con respecto a nuestro punto de vista. Y no solo eso; además, objetos más lejanos se alejan claramente más deprisa que la velocidad de la luz.¿Cómo es posible que esos objetos lejanos se alejen más rápido que la luz? ¿Acaso están violando la teoría de la relatividad de Einstein? Ni mucho menos. Lo que sucede es que esos objetos en realidad se mantienen fijos en el espacio, y es el propio espacio el que se aleja de nosotros, alejando de esta manera a los objetos contenidos en su interior.Esta velocidad mayor que la luz no viola ningún principio. Los objetos se mantienen en su sitio, y es el propio espacio el que se expande. No hay paradojas ni violación de ley física alguna. Simplemente, se sigue el principio de la ley de expansión de Hubble. Que además, y como se sabe recientemente, es acelerada por un concepto llamado energía oscura, la denominada energía de vacío o constante cosmológica de Einstein. Precisamente una energía que podría ser resultado de la interacción de las propias partículas del espacio y del tiempo, generando un campo como cualquier otra partícula genera su propio campo.Lo que se propone, es replicar este fenómeno natural de forma artificial. Es decir, crear una zona de “baja presión” espacial donde la nave se impulse mediante la propia capacidad de expansión del universo. De algún modo lo que se hace es recrear el efecto expansivo del universo a nivel local y de un modo minúsculo. Pero con el mismo efecto: arrastrar consigo todo lo que le rodea, en este caso una nave, a una velocidad que es igual al nivel con el que el espacio se expande sobre la “baja presión”. En realidad, la nave no se mueve, sino que es el espacio el que mueve a la nave en su traslación para ocupar el área que ha sido previamente vaciada de espacio. Puede resultar raro escuchar “vaciar el espacio”, pero de hecho, el espacio es un campo generado por una partícula. Dada la manipulación de dicha partícula, estaremos manipulando el propio espacio, de la misma forma que manipular electrones permite manipular un campo electromagnético. El espacio es, después de todo, un campo sobre el que se emplazan el resto de partículas.

Relé Mass Effect
Relé del videojuego Mass Effect, hace un hipotético uso de la energía oscura para el viaje interestelar

Crononautas del tiempo.Existe otra posibilidad que, siguiendo con el mismo concepto, nos revela incluso una posibilidad mayor. Si el espacio está formado por una partícula, el tiempo también lo está. ¿Qué ocurriría si actuáramos sobre esta partícula?La naturaleza del tiempo es ilusoria. El ser humano está acostumbrado a pensar en el tiempo como un flujo continuo donde van sucediendo las cosas siempre al mismo ritmo y velocidad. Pero sabemos muy bien que esto es sólo una interpretación que realiza el cerebro sobre nuestra existencia y el desarrollo de los acontecimientos. El tiempo ni es fijo, ni inmutable, y además se modifica con la existencia de un campo gravitatorio, como se explica en la teoría general de la relatividad.De este modo, podemos observar que la gravedad, un campo generado por una partícula llamada gravitón, influye en otro campo, el tiempo, que dispone de su propia partícula. La interacción entre el campo gravitatorio, el campo temporal, y el campo espacial, conforman la realidad que nuestro cerebro analiza e interpreta como el espacio-tiempo donde nos movemos. Dado un campo determinado, interactuar con la partícula que lo genera distorsiona ese campo, una vez cambiamos dicho campo. Si con el espacio podríamos modificar el propio vacío, ¿qué ocurriría con el tiempo?De hecho, el tiempo se modifica constantemente de forma natural. Ya hemos visto que un campo gravitatorio dilata el tiempo, y su ausencia lo disminuye. ¿Podríamos llegar a trabajar en el desarrollo de un sistema que actuase directamente sobre la partícula temporal? ¿Podríamos, en un momento determinado, generar un campo de antipartículas del tiempo? ¿Y qué naturaleza tendría ese campo?Ya sabemos desde hace tiempo que cada partícula tiene su antipartícula, que tiene la misma estructura pero que interactúa con la partícula desintegrándose. Sabemos también que una antipartícula genera un “anticampo”, tal es así que, por poner un ejemplo, el positrón, la antipartícula del electrón, genera un campo positivo. Es el mismo campo, pero con la polaridad invertida.¿Qué naturaleza tendría un campo generado por antipartículas temporales? Ese campo tendría la misma naturaleza del campo tiempo que conocemos, pero con una salvedad: el tiempo en ese campo estaría invertido. Dicho de otro modo: el espacio en su interior, y todo lo que contuviese, viajaría hacia atrás en el tiempo. ¿Qué sucede si se introduce materia en ese campo de antipartículas temporales? Esa materia, en ese estado, no encontraría ninguna modificación, pero, dentro del campo, viajaría hacia atrás en el tiempo. Si, por ejemplo, entráramos en dicho campo con una nave, que estuviese sumergida en ese campo, todo parecería normal. La nave, sus sistemas, su tripulación, todo parecería tan común a la experiencia temporal como siempre. Pero con una importante salvedad: todo lo que estuviese fuera del campo, estaría invertido temporalmente. De este modo, mientras que todo lo que estuviese fuera seguiría la línea del tiempo que conocemos, la nave y cualquier objeto en su interior, sumergida en el campo, viajaría hacia atrás en el tiempo.Navegando por el tiempo.Los barcos navegan por un campo formado por átomos de agua. Las naves espaciales y todos los objetos navegan por un campo espacial formado por una partícula del espacio. Y todos ellos viajan a través de un campo temporal. Todos esos campos son generados por sus correspondientes partículas, y todos ellos son susceptibles de ser manipulados. ¿Qué se puede concluir de ello?La burbuja del espacio-tiempo y sus consecuencias.Una nave que estuviese dentro de un campo de tiempo negativo, que es como podríamos denominar al campo temporal formado por la antipartícula del tiempo, viajaría hacia atrás en el tiempo. El espacio alrededor de la burbuja se vería también arrastrado hacia atrás. De hecho, esta estructura de espacio-tiempo quedaría desgajada del continúo espacio-tiempo estándar, que sería rellenado de nuevo, eliminando el “hueco” dejado, y creando una isla espacio-temporal que se movería hacia atrás. Cuando se invirtiese el campo temporal negativo, ¿qué sucedería? La isla de espacio-tiempo emergería de nuevo, rellenando el espacio tiempo normal, en un tiempo anterior. Sería como una aparición desde ningún sitio aparente, algo similar a la sensación que produce un submarino que aparece en la superficie del agua. Otra cuestión obvia es poder entender qué efectos tendría algo así para el espacio-tiempo. ¿Sería posible bajar de esa nave del tiempo, y, convertidos en crononautas, poder visitar, no ya otros lugares, sino otras áreas temporales pasadas? Y, lo más importante y algo con lo que la ciencia ficción siempre ha jugado ¿podría alterarse la historia? ¿Y si es así, de qué modo?Para razonar esta respuesta, tenemos que volver a la teoría de campos que nos ha servido para explicar los procesos que llevan al viaje en el espacio y en el tiempo. Si una nave emerge en otro espacio-tiempo, el campo correspondiente alteraría la malla espacio-temporal del lugar donde apareciera. Esto provocaría una reordenación en forma de onda del espacio-tiempo del área. Con ese cambio, esa onda se propagaría por el espacio-tiempo, alterándolo. Lo que sucedería entonces es que se crearía un nuevo continuo espacio-temporal, donde los sucesos acaecidos por la aparición de esta nave viajera se integrarían en el nuevo espacio-tiempo, de tal modo que, todas las acciones realizadas por esa nave y sus tripulantes, los crononautas, serían consecuentes y acordes con el nuevo espacio-tiempo.Dicho de otro modo: el viaje en el tiempo crearía una nueva realidad espacio-temporal, y, por lo tanto, todos los cambios producidos por la nave viajera tendrían un nuevo universo donde desarrollarse, sin alterar el universo que dejaron. Es más: esa nave, si quisiera volver al espacio-tiempo que dejó, debería hacerlo precisamente en el momento en que desapareció de su propio espacio-tiempo, o alteraría la estructura y crearía otro marco de referencia espacio-temporal, tal como hizo al desplazarse hacia atrás en el tiempo. Es como si se impidiera que el hueco dejado se rellenase, y antes de que esto sucediese, volver a colocar la nave, su espacio y su tiempo, en el lugar original. A efectos de alguien desde fuera de la nave, este viaje nunca habría sucedido. Sí lo habría hecho, pero todo el tiempo que la nave estuvo fuera, fue un instante en el espacio-tiempo que abandonó.En cuanto a la “velocidad” de desplazamiento, es decir, el tiempo invertido en el viaje en el tiempo, éste sería proporcional al campo espacial implicado en el viaje. Debido a que el campo espacial interactúa con el campo temporal, el viaje en el tiempo se desarrollaría a la velocidad impuesta por la estructura espacial que viajase con la nave y con todo lo que contuviese.Todo esto es teoría.Naturalmente, y como ya se ha comentado anteriormente, todo esto es teoría, más propia de la ciencia ficción que de cualquier hipótesis mínimamente científica. Hoy por hoy, y probablemente durante bastante tiempo, el simple hecho de poder imaginar, con una ligera base realista, cualquiera de estas posibilidades, conllevará décadas. La física teórica avanza, pero se encuentra con dificultades para trabajar con conceptos cada vez más complejos en su naturaleza, no porque sean más o menos difíciles de gestionar matemáticamente (que también), sino porque cualquier teoría actual habla de niveles de la materia que muy difícilmente se pueden conjeturar, y con los que es casi imposible interactuar. De ahí que sistemas como el LHC (Large Hadron Collider), del que ya hablamos en su momento, sean una puerta para nuevos pasos. Y si el LHC tiene el tamaño, la complejidad, y el coste tan grandes que tiene, junto con la necesidad de miles de físicos y una increíble red de ordenadores para gestionar los datos obtenidos, es sencillamente porque se ha llegado a un punto donde cada nuevo paso requiere un esfuerzo extraordinario.Sabemos que tenemos dos teorías fantásticas y muy bien asentadas: la teoría general de la relatividad, y la mecánica cuántica. Ambas han probado su conveniencia. Sabemos que tenemos una serie de principios definidos en lo que se denomina Teoría Estándar que explica muchos de los fenómenos de la naturaleza a nivel de partículas. Pero también sabemos que todo este material tiene cabos sueltos, que sin duda invitan a seguir adelante con nuevas investigaciones y nuevas teorías, como la teoría de cuerdas, o la gravedad cuántica de bucles. Aquí, en esta serie de artículos, hemos narrado hipótesis muy imaginativas, muchos dirán sin duda que de absoluta fantasía, sobre qué posibilidades se pueden especular, y qué puertas se abren con dichas teorías. Y es cierto, todo esto no es más que fantasía. Pero creemos que no hace daño a nadie imaginar posibilidades, por absurdas que puedan parecer, si contienen alguna semilla de futuro. No es criterio de este artículo sentar ninguna base, pero sí lo es abrir la mente al lector para que conozca a dónde se dirige la física actual, y especialmente, qué nuevos caminos y horizontes se plantean. Probablemente, el mundo del futuro, si la humanidad consigue salir adelante y abrir nuevos puentes al universo, sea incluso más fantasioso que lo aquí expuesto. Y eso habrá sido posible gracias a hombres y mujeres con la imaginación necesaria para llevarlo a cabo, y, también extremadamente importante, con el apoyo necesario por parte de una humanidad cada vez más necesitada de salidas a su encierro planetario. Ojalá puedan verlo nuestros hijos, nietos, o biznietos. Será bueno para ellos, y será el camino de la humanidad para conquistar el universo.

 


Información sobre gravedad cuántica de bucles en este enlace.

 

 


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