
Los tiempos que corren en la industria del videojuego en general son bastante, digamos, bochornosos. Se lanzan más títulos que nunca, y son, en general, de una calidad asombrosamente baja. Títulos que, en muchos casos, técnicamente son buenos, pero que en jugabilidad, y sobre todo, dificultad, son de risa. Hoy en día la gente que juega no quiere, en general, pensar, ni razonar, ni estar más de 30 segundos en la misma pantalla. Lejos quedan ya los tiempos de los grandes manuales, los puzzles complejos, y el análisis de la situación, para poder salvar a la princesa de turno o conseguir llegar a la Atlántida con la ayuda simple de un látigo y un sombrero. Ahora todo es buscar en Internet la solución y pasar a la siguiente pantalla, y si un juego requiere destreza, es dejado en el cajón a los dos segundos y medio.
Algo similar le ocurre a Microsoft con su estrategia en los videojuegos. En los años ochenta, y en los noventa, Microsoft disponía de un producto que era una leyenda casi desde su salida: Flight Simulator. Legiones de chicos, y por supuesto chicas aunque menos, nos enamoramos del mundo de la aviación, y leíamos ávidos todo lo que caía en nuestras manos sobre aeronáutica, gracias a la influencia de Flight Simulator. Desde los conceptos más simples, hasta la navegación avanzada, siempre había algo que explorar y que probar. Cuando empezaron a salir productos de otras empresas como expansiones, la ecuación se convirtió en un éxito tremendo. Yo recuerdo aún mi asombro cuando probé el recién salido Flight Simulator 2, y cómo podía volar alrededor de la torre Sears de Chicago en aquellas imágenes que ahora dan risa, pero que entonces eran asombrosamente avanzadas.
Llegado el fin del milenio, Sony se había hecho de oro con Playstation. Y sus juegos eran un éxito enorme en muchos casos. El CD permitía grandes posibilidades. En este contexto, Microsoft decidió introducirse en un mundo que empezaba a mover cifras asombrosas. Sí, tenía sus juegos de PC, pero quiso entrar en un terreno que parecía un gran negocio. Así sacó la XBOX, una gran consola sin duda, que tuvo poco éxito pero fue un paso adelante. Luego la XBOX 360 se convirtió, y es hoy, un éxito de ventas.
Microsoft decidió hace ya unos años que todo su esfuerzo, casi en su totalidad, se centraría en el dinero fácil, y que dejaría de lado otros aspectos como la educación, la formación, y el animar al jugador al esfuerzo y a la tenacidad para aprender a resolver problemas. Igual que Electronic Arts y otras empresas, decidieron que los simuladores eran demasiado complejos y caros, y que había que abandonarlos. Sacar juegos por 60 y 70 euros que duran cinco horas son una garantía de ventas enorme. El otro componente era la dificultad. Si se rebajaba hasta que una ameba pudiera ganar fácilmente, todo el mundo lanzaría sus manos en esos juegos. Dicho y hecho, los juegos actuales en consola son en su mayoría caros, tremendamente fáciles, muy cortos, y con mucha publicidad en sus presentaciones, para luego sacar expansiones, las famosas DLC, que incluso ya vienen incorporadas en el DVD muchas veces. Negocio redondo.
¿Y dónde hemos quedado los que queremos retos de verdad? Aparcados y olvidados, por supuesto. En el caso de Flight Simulator, Microsoft decidió darnos una estupenda patada en el culo y mandar al infierno toda una industria desarrolladora, miles y miles de aficionados, y redes como IVAO y VATSIM, que se nutren casi en exclusiva de sus productos. Más allá de eso, la estrategia de Microsoft pasa por abandonar el PC, o dejarlo como producto minoritario.
En ese momento, cuando anunció Microsoft Flight, sin la palabra "Simulator", nos temimos lo peor. Y lo peor ha ocurrido. Microsoft ha hecho un anuncio que es un insulto a la comunidad que casi durante 30 años la apoyó fielmente, y es una invitación a que la gente crea que volar un avión es tan sencillo como hacer palomitas. Los arcades son divertidos, sin duda. Los juegos de aviones arcade son divertidos. Pero anunciar que Microsoft Flight es una nueva generación en el mundo de la aviación, o intentar convencernos de que volemos un juego gratuito cuyas expansiones son controladas en exclusiva por ellos, donde no hay un SDK, y en donde los retos son similares a los de Los Sims, es vergonzoso y una afrenta a la memoria de Flight Simulator.
Lo peor de todo, no es eso. Lo peor es que Microsoft no va a permitir que las nuevas generaciones de jóvenes entusiastas de la aviación aprendan que el trabajo, el estudio, el esfuerzo, y la constancia, son las claves del éxito para un piloto de aviación. Van a enseñar que volar es un juego de niños, que volar es pasar por unos iconos absurdos colocados en el aire, que volar es como un GTA o un Call of Duty pero con aviones y sin pegar tiros.
En ese sentido, llama la atención que, a partir del 1 de enero de 2012, los avatar de XBOX 360 no pueden tener armas. Es una muestra de que el infantilismo se ha apoderado de Microsoft. Los juegos infantiles son importantes, pero infantilizar la XBOX 360, infantilizar Flight Simulator, infantilizar a aquellos que durante años y años hemos aprendido a volar con Flight Simulator, muchos convirtiéndose luego en pilotos reales, es una muestra de que Microsoft no busca sino convertir la industria del videojuego en un tamagotchi gigante familiar donde cualquier atisbo de esfuerzo por el trabajo mental debe ser anulado. En otras palabras: los jugadores deben ser borregos y no hacer otra cosa que comprar sus juegos de dos en dos y jugar entre risas y aplausos cuando se consigue el premio de turno después de pulsar un botón dos veces. "Ha pulsado el botón dos veces: ¡PREMIO!".
Sólo queda, en realidad, X-Plane, lo cual no es poco. Laminar Research tendrá ahora una oportunidad de convertirse en la estrella de la simulación seria a nivel civil, y es muy probable que empresas como PMDG y otras vayan interesándose cada vez más en este simulador. FS2004 y FSX seguirán adelante, pero están, para mal de muchos, en vía muerta.
Yo fui propietario de una XBOX 360, hace tiempo. La vendí porque entendí que aquello era un juguete infantil, y lo acepté porque era lo que había. Sí, tiene juegos digamos "serios", pero con Kinect y con las nuevas políticas de Microsoft está claro que la famosa y conocida "casualización" de la consola XBOX 360 es una prioridad para Microsoft. Lo acepté porque es una estrategia de la empresa. Tienen todo el derecho a enfocar la consola a las papás, las mamás y los niños de chupete. Pero con el abandono de Flight Simulator nos clavaron un puñal, y ahora, con esta cosa llamada Microsoft Flight, nos han rematado.
Señor Ballmer, ha dejado usted tirados a miles y miles de personas que respetaban el trabajo de Microsoft y su enorme aportación al mundo de la aviación. Sabemos que no le importa, pero al menos, creemos importante que lo sepa.
Y eso es lo peor de todo: lo sabe, pero no le importa. Adiós Microsoft. Bienvenido Laminar Research.
P.D: el E-69 no volverá a mencionar Microsoft Flight, ni creará un foro para este producto, ni tampoco dará ningún tipo de ayuda o soporte a personal aficionado que desee aprender a volar, excepto para orientarles hacia X-Plane. Cualquiera podrá hablar de Microsoft Flight en el foro, no habrá censura de ningún tipo, pero se considerará en el apartado de videojuegos exclusivamente a partir de ahora y dejando bien claro que, si se desea conocer qué es volar, Microsoft Flight es exactamente lo contrario a la realidad.
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