Lo de pintar una persiana no lo considero, sobre todo, de ignorantes, lo veo más bien como un deporte de riesgo.
Se de algún amigo que, si pilla algún recortador venido a menos de esos manchaparedes, iban a tener ambos un problema: uno por encontrar sitio en la UCI (que todavía hay mucha ocupación) y el otro por convencer a la policía de como una barra de acero ha podido impactar tantas veces en el cuerpo del desafortunado protagonista (porque también es otra expresión de arte, en vez de usar aerosoles pues barrita de acero y dibujar cardenales).
No es cuestión de ser o no ser cultos, es cuestión de respetar la propiedad, que tanto sudor cuesta, de otros.