Estimado Carlos.
Son fases que pasamos todos y tienen causa y solución. Tu ya tienes los conocimientos para solucionarlo, así que manos a la obra.
Cuando te invade esa sensación de que eres un inútil y no consigues derribos, te obsesionas y los resultados son cada vez peores. Entras a volar con un solo objetivo, derribar a alguien, y eso es muy malo. Las consecuencias ya las has dicho tú.
1º Te olvidas de volar, que es lo principal.
2º Te olvidas de tú seguridad, que es lo segundo más importante.
3º Te sientes tan inseguro, que buscas las seis puras del primer enemigo que ves. Allí cuesta más derribarle que si le entras con algo de ángulo. Además confias tan poco en tu puntería que en lugar de apuntar a la raiz alar (por ejemplo), te centras en su cola y como tienes tantas ganas de derribarlo, pegas el dedo al gatillo y lo quieres tirar como sea, con lo que volvemos a los dos puntos anteriores.
La solución bien la conoces. Piensa antes de volar y recuerda siempre:
1º Vuela. No olvides el avión que llevas con sus ventajas e inconvenientes. Busca el combate con ventaja y rehuye el que no te interese. Piensa.
2º Vigila y no olvides tu seguridad. Si caes no podrás derribar a nadie. Intenta trabajar en equipo y no te obceques nunca detrás de nadie si no tienes a algún compañero que te proteja o la situación lo permite.
3º Busca una buena posición de disparo. Intenta entrar con algo de ángulo, lateral o vertical y dispara lo justo y necesario, siempre por delante y con algo de deflexión. Si entras a las seis puras dispara a la raíz alar o derrapa en un sentido y luego en el otro para conseguir ángulo; si vas con mucha velocidad busca el ángulo vertical. Piensa.
Si vuelas sin pensar y con el solo objetivo de derribar, no cambiarás las cosas.
Vaya tocho!!
sorry.
Arigato.