No me lo creo.
Eres grande, muy grande Sigfrido. MUY MUY GRANDE.
Las enormes vibraciones que han impedido durante días un manejo consistente del P-47, impidiendo volar con mínima seguridad por encima de 250mph se debían a enormes turbulencias provocadas por los flaps del motor, que los tenía siempre abiertos. Los he cerrado y ahora puedo picar a velocidades que dan miedo con una sensación de poderío, fuerza y nobleza que no llego a experimentar ni con mi P-51. Por supuesto, la sistemática rotura del timón procedía de esas fuertes turbulencias y ahora está clavado donde tiene que estar. Su estabilidad en picado es estremecedora. Ahora ataco sin miedo a los fw190 desde arriba como si fuera un meteorito de 8000 kg. Reviento los aeropuertos a bombazos como si le lanzara un barreno a un hormiguero. Las locomotoras saltan por los aires sin una mínima esperanza de salvación.
Ahora sí. Gracias a tí, amigo Sigfrido, ahora sí. ¡HA LLEGADO EL JUGGERNAUT!
En serio, muchas gracias tío. ha cambiado el avión hasta parecer otro.