Llega el número 4 de la revista ISPotter

Llega un nuevo número de ISPotter, concretamente el número cuatro, que se va consolidando como una opción muy interesante para todos los aficionados a la actividad del spotter, esos locos con sus cámaras que persiguen aviones mientras las autoridades los persiguen a ellos como presuntos terroristas. Los spotters entran dentro de la categoría de personas con una actividad minoritaria, y por lo tanto sospechosa, máxime cuando su foco de interés, nunca mejor dicho, son aeronaves de todo tipo, civiles y militares, de ala fija y rotatoria, en vuelo o estacionadas.El fenómeno Spotter crece paulatinamente, porque contiene muchos ingredientes que lo hacen atractivo para muchos aficionados a la aviación. La fotografía es ya de por si una afición apasionante. Si se suma la pasión por la aviación, tenemos un combinado muy atractivo. Si además se le añade el buen ambiente de camadarería y los buenos ratos con los amigos en las salidas tenemos un coctel casi irresistible. Además, el spotter nunca sabe cuándo un agente de la autoridad va a aterrizar con su helo o a llegar con su 4X4 en actitudes que van desde el control básico del personal en zonas críticas como son las aeroportuarias, algo lógico y perfectamente comprensible, hasta aquellos que se creen Rambo y que se imagina que acaban de ver a un grupo del Vietcong intentando revitalizar la ofensiva del Teth de 1967 en Saigón, donde el amarillo no es por la cerveza sino porque son vietnamitas, y las cámaras son fusiles de asalto AK-47.Es cuestión de tiempo que se produzca algún conflicto más o menos grave, lo que debería llevar a desarrollar algún tipo de normativa sobre esta actividad. Por supuesto, cuando se hayan producido los problemas, nunca antes, que esto es España, no lo olvidemos. Nadie niega que deba controlarse el perímetro de un aeropuerto; debe hacerse, y debe hacerse a conciencia y con rigor. Pero también es innegable que, de seguir así, se prohibirán las actividades de spotter si se produce ese desgraciado incidente del que hablamos. Ojalá nos equivoquemos, pero en el caso de que no sea así, ya sabemos que las soluciones siempre son las mismas: “pro-hi-bi-do”. Suele ser la solución que se aplica cuando no se tiene capacidad para encontrar soluciones. Una vez más, lo mejor sería mirar a otros países de nuestro entorno y copiar en la medida de lo posible sus métodos. Posiblemente saldríamos ganando todos.Para terminar, felicitar efusivamente al equipo de ISPotter por este nuevo número y por el trabajo que desarrollan. Es evidente que en este país hay personas cuyo entusiasmo puede con todas las barreras que se colocan diariamente, por altas que sean. Tienen desde aquí nuestra admiración y nuestro mayor deseo de que sigan por este camino; muchos aficionados han mostrado ya su enstusiasmo por un trabajo bien hecho y que deseamos siga creciendo durante muchos números.