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Sistemas de Inteligencia Artificial en Aeronáutica y Astronáutica (2)


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Nota: una vez más, recordamos que las ideas y conceptos vertidos en este artículo son meras especulaciones sin base científica alguna, tratándose en todo caso de opiniones personales y subjetivas.

Introducción. 

 Vamos a arriesgar en esta segunda parte con la opción más lejana de la Astronáutica: la conquista total del espacio exterior. Y lo vamos a hacer con el criterio de que, para cualquier piloto, el sueño de alcanzar las estrellas es su último anhelo. Pilotar una nave es sinónimo de conquistar la tercera dimensión, pero en ese deseo hay un gran secreto oculto: la llave para el futuro de la humanidad. No hablamos, por supuesto, de superchería, superstición, magia, o estupideces similares. Hablamos del futuro de la especie, y de que ese futuro se encuentra entre las estrellas. Cualquier opción menos ambiciosa no merece ser tenida en cuenta en este artículo.

La exploración, el germen del progreso de la humanidad.Antes que nada, una disgresión; cuando se habla de conquista espacial, son muchos los que se oponen a esa idea con argumentos como “los problemas están aquí”, “qué nos importa lo que haya en tal o cual planeta” o “podrían gastarse el dinero en cosas más importantes”. Y lo hacen escribiendo en un ordenador cuyos componentes se desarrollaron gracias a la carrera espacial, mientras usan materiales que se han diseñado gracias a la investigación aeroespacial, y cuando dejan de quejarse, se van a dar una vuelta en un coche cuyos diseños y materiales se han logrado gracias a la carrera espacial, mientras toman medicamentos y llevan a cabo tratamientos cuyo origen es el estudio del impacto de la vida en el espacio. Llaman a su familia y amigos con un móvil que ha sido desarrollado gracias al estudio de conceptos de nanotecnología básicos para las naves espaciales, y ven la televisión con cientos de cadenas que reciben de un satélite. Y, al llegar el verano, se van de vacaciones en aeronaves muy seguras gracias a miles de experimentos para la seguridad de los astronautas y pilotos. Son los mismos que cuando enferman piden obtener las mayores tecnologías médicas, no importándoles que muchos de esos sistemas y conocimientos se deben a la carrera espacial y a la investigación biomédica espacial. Han perdido el sentido de la exploración, y es la exploración, y el deseo de ir más allá, el que ha abierto siempre las puertas al futuro.

El éxito de la humanidad se basa en su afán de exploración. Un ser explorador es un ser que se desarrolla fisiológica y mentalmente, al tener que adaptarse a nuevos entornos, y psicológicamente, al tener que desarrollar nuevas técnicas adaptativas que le permitan sobrevivir en distintos entornos. Si el ser humano se hubiese quedado en una zona concreta de África, hubiese desaparecido extinguido hace ya muchos miles de años. Si cuando uno de aquellos individuos que empezó a preguntarse por sí mismo y por su entorno, y que decidió marchar de su lugar de nacimiento para explorar nuevos mundos, hubiese hecho caso al consejo “para que te vas a explorar si los problemas los tenemos aquí”, ni hubiese habido exploradores, ni humanidad, ni futuro. Seríamos una especie más extinguida, como lo han sido el 90% de las especies que han vivido en el planeta.

La crisis medioambiental.Es evidente que La Tierra se encuentra en una etapa de cambios importantes. Es posible que la humanidad tenga mucho que ver en esos cambios, aunque no todos los científicos dan la misma importancia a esa influencia. Pero que se están dando cambios importantes es visible y está científicamente demostrado. Lo que hay que decir es que La Tierra, como entidad física, cambia constantemente. Ha cambiado en el pasado, y lo hará en el futuro. La investigación paleoclimática, es decir, la ciencia que estudia la historia del clima en el pasado, ha comprobado de forma fehaciente que han habido etapas en la historia de La Tierra con periodos cálidos, sin hielo en los polos, con épocas muy frías donde el hielo era omnipresente (glaciaciones). En general todo esto es absolutamente normal, se trata de ciclos que tienen explicación en base a ciertos aspectos del movimiento del planeta sobre el Sol. La cuestión actual es que es la humanidad, según se indica por parte de varias instituciones, la que está provocando un cambio, y que ese cambio es además mucho más rápido en su progreso de lo que lo fue en el pasado. Sea como sea, este cambio rápido provocará una serie de problemas de distinta naturaleza, desde situaciones concretas anecdóticas, hasta desastres naturales a gran escala. 

USS VoyagerUSS Voyager, de la serie Star Trek

Búsqueda de alternativas y salidas para la humanidad.Dicho esto, la exploración del espacio es el nuevo, y último, paso en el desarrollo de la humanidad como especie. Una conocida serie de ciencia ficción comenzaba cada capítulo con la frase “el espacio, la última frontera”. Lo primero que hay que decir es que hay que comenzar a desterrar mitos y desinformaciones sobre la conquista del espacio. Que el ser humano comience una carrera espacial no sólo es importante y fundamental; es connatural con su naturaleza y además una exigencia para su supervivencia. De nuevo vamos al momento de la sabana africana hace 150.000 años. Ahora estamos en una nueva sabana global que se agota, y se requiere dar el paso hacia un nuevo mundo. 

AmanecerAlguien, hace muchos miles de años, se preguntó qué había detrás del horizonte;ese fue el principio del desarrollo de la exploración humana que continúa hoy en el espacio

Muchas son las personas que abogan por cuidar el planeta. Esto no requiere discusión. Cuidar La Tierra es tarea de todos, y debería ser un parámetro básico de la conducta humana. Trabajar para reducir la contaminación y para crear procesos de crecimiento y desarrollo sostenibles son aspectos básicos que deben ser considerados como de primer orden. Pero, mal que nos pese y nos duela, lo que quiere el ser humano es seguir creciendo, en calidad de vida y en cantidad. Somos más de 6.000 millones de seres humanos, y la cifra sigue creciendo. La alternativa, recortar los nacimientos, supone entrar en una peligrosísima política que, la historia lo demuestra, tiene efectos nocivos mucho más allá de la simple acción de evitar el crecimiento de la población. Sin embargo, la población no podrá crecer indefinidamente. Nos estamos acercando a un punto máximo, que ya comienza a perfilar una crisis a escala planetaria.

¿A qué nos lleva todo esto? Obviamente, a consumir los ya escasos recursos del planeta. Los recursos son finitos y conforman una curva descendente, incluso con los mejores procesos de reciclaje. Mientras, las necesidades básicas de la humanidad crecen de forma constante e imparable, especialmente ahora que países como China e India comienzan a consumir recursos de forma creciente. China ha dejado de ser exportadora de petróleo para ser un cada vez mayor consumidor del ya escaso recurso. Y las sociedades no se han adaptado ni preocupado por buscar de forma rigurosa alternativas serias. Obviamente que estalle una crisis energética y de recursos grave es cuestión de tiempo. Además la especulación empeora las cosas, y los cada vez más escasos recursos energéticos, y también alimenticios, crearán conflictos crecientes a lo largo de este siglo XXI.

La exploración del espacio, el último reto de la humanidad, y su destino.

El universo, el mismo sistema estelar que habitamos, está lleno de recursos por explotar. La cuestión que se plantea es, como siempre, de costes y de tecnología. De la misma forma que en el siglo XVI se plantearon enormes retos para aprovechar los grandiosos recursos del Nuevo Mundo, ahora se plantean retos igual o superiores en dificultad para explotar los recursos del Sistema Solar. Cada paso abre nuevas dificultades, y en cada paso la imaginación y la ciencia abren paso a nuevas fronteras del conocimiento, que conllevan nuevas posibilidades. Es un ciclo que no debería parar ahora, porque si lo hace, la humanidad se verá condenada a una época de decadencia de grandes proporciones. No hablamos del apocalipsis ni de tonterías similares. Hablamos del fin de la sociedad que conocemos, que atravesaría un oscuro valle hasta comenzar un nuevo desarrollo, de la misma forma que la caída del Imperio Romano dio lugar a la Edad Media y luego al Renacimiento y al siglo de las luces y de la ciencia. Todo es cíclico, pero podemos controlar que esos ciclos sean más o menos acusados. Está en nuestra mano.

La salida a la actual situación que vivimos, que es una situación límite, se encuentra fuera, en el espacio exterior. Es inevitable el conflicto, y sin duda habrá que vivir momentos muy duros en los próximos decenios. Pero se puede intentar paliar el problema hasta cierto punto si comienza, de forma inmediata y de manera sistemática, a desarrollar un plan para buscar nuevas fuentes de recursos fuera de La Tierra.

La pregunta básica que hemos de hacernos es: ¿arriesgaremos la especie a una crisis de enormes proporciones? ¿O plantaremos la semilla que permita que la humanidad se expanda por el universo y busque nuevas metas? 

AtlantisLos actuales sistemas de transporte espacial son insuficientes,y la inversión tremendamente escasa

La Astronáutica actual y la solución robótica.Decía el astrónomo Carl Sagan que el hombre es como un niño que acaba de mojar sus pies en el océano cósmico. La humanidad es ese niño, completamente desvalido ante un mar inmenso que, como el mar de los océanos, no perdona ningún error. Que ese niño crezca y se dote de los medios para adentrarse desde la orilla es una responsabilidad para el futuro.Y es en este momento donde podemos encontrar unos poderosos aliados. No los clásicos extraterrestres que vengan a ayudarnos con su tecnología impresionante, sino con la ayuda de unos ingenios que nos faciliten la entrada en ese mar: los robots.Actualmente ya disponemos de robots en el espacio. Las sondas que se envían a diferentes planetas tienen bastante de robots, aunque sean sencillos desde el punto de vista de la automatización. Son capaces de recibir datos, procesarlos, obtener conclusiones, y actuar en consecuencia. Y esto es así porque es absolutamente necesario que sea así. Si una sonda tuviese que tomar una decisión urgente en base a una respuesta desde La Tierra, probablemente nunca recibiría la respuesta, porque el tiempo entre el envío del mensaje y la respuesta tardaría minutos y probablemente horas, debido a la distancia. Los famosos robots Spirit y Opportunity son ejemplos de robots que toman decisiones, y que han demostrado ir más allá de su programación y diseño original. Aunque se le ordena desde La Tierra a dónde ir, pueden realizar acciones propias si existe algún peligro inmediato en el entorno. Obviamente hablamos de decisiones básicas en base a elementos muy concretos, pero es un primer paso. Son un ejemplo de exploradores baratos  y capaces de obtener gran cantidad de información.

Robots constructores de medios básicos para la vida humana. 

Generaciones posteriores de sondas y robots, con mejores mecánicas y sistemas de IA, pueden ser las cabezas de puente para la conquista del Sistema Solar. No es utópico en absoluto prever el envío de robots que sean transportados a otro planeta, por ejemplo a Marte, con la capacidad de preparar una pequeña base equipada con lo necesario para que puedan llegar humanos y poblarla, una vez se han habilitado condiciones de vida, mediante granjas hidropónicas y otras alternativas. Podrían incluso comenzar procesos básicos de terraformación, y podrían comenzar a extraer agua, depurarla y potabilizarla, así como organizar pequeñas plantaciones con semillas terrestres dentro de la propia base en una atmósfera de oxígeno. Plantas que se podrían ir adecuando al entorno marciano mediante  un proceso de conversión evolutiva para que se vayan adaptando a las duras condiciones del planeta. Del mismo modo, se podrían alterar genéticamente plantas terrestres para crear nuevas variantes más resistentes a las condiciones del planeta rojo.

Con el paso del tiempo, nuevas generaciones de plantas podrian crear una atmósfera respirable, o al menos generar suficiente oxígeno para mantener la vida humana dentro de ciudades habilitadas para tal fin. Quizás nunca podría existir una atmósfera con la presión suficiente para la vida humana, pero en todo caso se podría crear una colonia humana que emplee los recursos de Marte para cubrir primero sus necesidades, y luego para enviar esos recursos a una Tierra que va camino de convertirse en un vertedero. La Tierra podría hacer viable la vida en Marte, y Marte podría hacer viable un futuro, al menos a corto y medio plazo, de La Tierra durante el tiempo suficiente para buscar nuevas soluciones, que pasan, naturalmente, por abandonar el planeta para la colonización de otros sistemas esterlares de la galaxia. 

HAL 9000La interacción entre seres humanos y robots ayudará al desarrollo de ambos grupos(escena de la película 2001: Una Odisea del Espacio)

Dos modelos muy distintos a medio y largo plazo. 

Este modelo de colonización de Marte no es extrapolable a sistemas extrasolares, debido a la distancia. Para ello habría que aplicar otras soluciones de las que vamos a referirnos a continuación. Pero la terraformación de Marte, o al menos su colonización, podría dar un tiempo precioso a la humanidad para salir adelante mientras investiga nuevas posibilidades. Algunas de esas quizás inconcebibles ahora, pero otras factibles a largo plazo. Vamos a hablar de ello a continuación.

Colonización en sistemas extrasolares; robots e IA, la tercera parte de la ecuación.Naturalmente, colonizar Marte y otros planetas podría asemejarse a dejar la casa propia para ir a vivir a la de la puerta de enfrente de nuestro edificio. Es una solución, un primer paso, pero no va a darnos una idea de lo que significa la conquista del espacio. Es algo además que conlleva problemas ya que ningún otro planeta del Sistema Solar admite vida humana o puede admitirla con facilidad. Los procesos de terraformación son posibles, pero muy costosos. Quizás sean inevitables a corto plazo, pero a largo plazo habrá que buscar otras alternativas. Dichas alternativas pasan por las clásicas teorías de construcción de grandes naves espaciales que permitan a poblaciones de entre diez mil y veinte mil personas abandonar La Tierra y colonizar planetas que se hayan descubierto (planetas que ya se están conociendo en una especie de competición entre astrónomos), y que permitan deducir unas posibilidades realistas de encontrar sistemas estelares con planetas candidatos a albergar vida humana con un esfuerzo moderado (encontrar un planeta que directamente sea habitable es muy poco factible, aunque generaciones de humanos adaptándose a una atmósfera, presión y gravedad no muy distintos a los de La Tierra sí es posible). Veremos, sin embargo, en este artículo, a qué nos referimos exactamente con el concepto de transporte de colonos, o mejor, en qué condiciones. 

2001La nave Discovery de la película 2001 está diseñada en base a conceptos de ingeniería bastante avanzados
 

Tres claves para la colonización de la galaxia.En la ecuación para la conquista del espacio, existen tres elementos clave que permitirán salvar el escollo de la orilla cósmica, y adentrarse en la galaxia con garantías de éxito.La primera clave es de orden tecnológico. Se requieren tecnologías para la construcción de naves que permitan el viaje por el espacio exterior, dotadas de todos los elementos necesarios para el mantenimiento de la vida. Si se trata de mantener vida humana la complejidad aumenta exponencialmente, especialmente si esos seres humanos viajan de forma estándar, ya que el consumo de recursos es enorme.

La segunda clave es la energía por supuesto, ya que los actuales combustibles son prácticamente inútiles para esta tarea. Las reacciones químicas clásicas generan buenas cantidades de energía, pero a costa de la necesidad de transportar ingentes masas de comburente y combustible. Y aunque no podamos soñar con aspectos muy sofisticados de las teorías actuales, sí debemos pensar en medios energéticos basados en la fisión, y, sobre todo, la fusión del hidrógeno. Ya existe una planta experimental en Francia que trabaja sobre este desarrollo, pero de momento se requiere mucha más investigación en este campo. Otros tipos de energía son posibles y se encuentran en estudio, pero al fin y al cabo, para obtener velocidades relativistas o al menos con la capacidad para un viaje no demasiado largo (hablamos de centenares de años), es necesaria mucha más investigación. Aunque puede que algún día se encuentre algún medio revolucionario hoy desconocido, como quisimos imaginar en este artículo de hace unos meses. Son tecnologías de futuro que hoy por hoy son simples bocetos teóricos sin una base real en la que asentarse, pero quizás en el futuro esto cambie. Hoy por hoy, tenemos que atenernos a los conocimientos actuales.

La tercera clave consiste en dotarnos de aliados que puedan operar libremente en el espacio haciendo el trabajo que a un ser humano le es casi imposible, costoso, y muy peligroso, de realizar. Se trata del desarrollo de robots avanzados, capacitados para construir, gobernar, y explorar el espacio, así como para establecer colonias previas a la llegada del ser humano. Se trata en definitiva del concepto expuesto anteriormente, pero llevado a unas dimensiones mucho mayores. Esta idea fue propuesta de forma literaria por Isaac Asimov en sus libros sobre robots hace ya bastantes años, y actualmente como hemos visto se comienza a trabajar en este campo (recomendamos el libro "Yo Robot" de este autor). Obviamente nosotros nos referimos a un tipo de robot orientado a sus tareas y con una IA adaptada al trabajo que se le encomienda, sin necesidad de que se plantee cuestiones filosóficas o antropológicas "¿robopológicas?" que tienen un alto contenido emocional y literario pero muy poca utilidad práctica (al menos en teoría). El robot puede hacer el trabajo sin riesgo para la vida humana, con mucha mayor eficiencia, y un coste absolutamente menor.

Básicamente, el proceso sería el siguiente:1- Un grupo de robots trabajan en la construcción de vehículos espaciales.2- Otro grupo de robots parten de La Tierra a bordo de las naves construidas por los primeros robots. Este grupo segundo de robots son capaces de gobernar y mantener la nave. El destino: una estrella cercana con planetas potenciales para la vida. Actualmente son varias ya las estrellas con planetas conocidos, la mayoría gigantes gaseosos, pero empiezan a descubrirse planetas de clase M como La Tierra. Los robots disponen de herramientas y conocimientos para la terraformación de planetas que sean potencialmente aptos para la vida humana. La combinación de procesos de ingeniería para modificar las condiciones atmosféricas junto a la inoculación de plantas terrestres modificadas genéticamente para resistir en entornos de atmósferas primordiales, permitiría crear un entorno habitable, algo que se podría llamar panespermia forzada artificialmente.3- El punto quizás más controvertido de este problema son las enormes distancias a recorrer, y, por lo tanto, el tiempo para llegar a destino. Incluso con motores muy sofisticados, se tardaría muchos años en llegar al objetivo, sólo para encontrar que no existe posibilidad de habitabilidad incluso con los planes de terraformación previstos. Esto llevaría a viajar a otra estrella en busca de ese planeta adecuado para colonización. ¿Qué pasaría entonces con los humanos a bordo?Se han planteado respuestas a esta pregunta. La más habitual suele considerar dos opciones:- Primera opción: naves generacionales. Estas naves estarían equipadas con todos los elementos necesarios para mantener una población humana durante el tiempo del viaje. Por supuesto, los originales humanos de La Tierra habrían muerto muchos años atrás antes de que sus descendientes llegasen a la estrella objetivo. Estas nuevas generaciones estarían formadas por los hijos de los hijos de los terrestres que iniciaron el viaje, en la misión casi exclusiva de mantener la colonización como objetivo básico. Los robots serían los encargados de la educación y formación de estas nuevas generaciones. Mantendrían el espiritu de la misión, y servirían como asesores de las nuevas generaciones.- Segunda opción: criogenización. Otro elemento clásico y que se ha visto en novelas y películas (2001, Alien) es la criogenización. Básicamente, se trata de congelar seres humanos, deteniendo en la práctica sus procesos biológicos casi al 100%. Estos seres humanos se encontrarían en un proceso de éxtasis criogénico, ni vivos ni muertos, y a punto para ser descongelados cuando la nave se acercase al planeta de destino, siempre que ese planeta destino sea considerado por los robots como adecuados para comenzar un proceso de colonización. El problema de la criogenización es que mantener la estructura de la vida en suspenso no puede hacerse de forma indefinida y sigue requiriendo gran cantidad de energía, aunque menosr que en la primera opción. 

CriogenizaciónUn científico en estado criogénico, en la película 2001: Una Odisea del Espacio

Estos dos sistemas de transporte requieren ingentes cantidades de energía para mantener la vida humana en condiciones, especialmente en el primer caso por supuesto. En el segundo caso, el problema, además de la energía exacta para mantener la vida en condiciones correctas, tiene fecha máxima tras la cual sobrevendría una degeneración de los tejidos que produciría daños y la muerte del individuo.Tercera opción: una tercera opción a considerar es la de mandar efectivamente vida humana, pero no ya formada y viva, ni tampoco en estado criogénico.La respuesta al viaje espacial es mandar cultivos de seres humanos. Es decir, no se mandarían individuos, sino los componentes para la creación de dichos individuos. La nave, en esta hipótesis, estaría cargada de todos los componentes básicos para la vida: embriones congelados, junto con un sistema artificial de generación de desarrollo embrionario, y una carga de componentes para su posterior desarrollo. Vamos a verlo.

En este modelo, la nave parte igualmente hacia el espacio. La nave está gobernada por robots, pero esta nave no dispone ni necesita condiciones para el mantenimiento de vida humana. Y eso es así porque la vida humana se encuentra almacenada en contenedores con cientos o miles de embriones a muy bajas temperaturas, con un gasto de energía muy inferior y con un riesgo para la vida también muy inferior. La nave podría tener unas dimensiones modestas, debería tener protecciones para evitar daños a los embriones de la radiación y otros efectos nocivos, pero estas protecciones serían muy inferiores a las requeridas para seres completos, fuesen en estado de criogenización, y mucho más en el caos de una nave generacional. Podrían transportarse muchos miles de embriones, de tal forma que la nave no tendría por qué tener un solo destino. Podría llegarse a un planeta, y si las condiciones de habitabilidad fuesen correctas, se podría habilitar una zona protegida creada por los robots para mantener la vida humana. Una vez creada esta estructura, los embriones serían desarrollados artificialmente con ayuda de los robots en matrices artificiales que remedasen la matriz real de una mujer. Para el desarrollo de los embrione se transportarían los componentes orgánicos necesarios en contenedores para su alimentación y desarrollo. Los robots estarían programados para controlar y mantener en condiciones el desarrollo de los embriones y, posteriormente, de los niños y más tarde adultos humanos.

Aparecerían así humanos ya completos en el planeta de destino, que serían educados por los robots, y que podrían empezar a trabajar en el desarrollo posterior del planeta. De forma paralela, la nave terrestre podría partir hacia otro planeta con el resto de embriones y otros robots, hasta completar un ciclo de varios viajes, colonizando de vida humana varios planetas. Obviamente si se mandasen varias naves las oportunidades aún serían mayores, y sería factible gracias al mucho menor coste de fabricación de las naves y un transporte muy superior de humanos en condiciones mucho más seguras.Algunos comentarios sobre aspectos morales y éticos de la colonización por embriones.Evidentemente estas técnicas pueden chocar con la mentalidad de algunas personas, por cuanto se están enviando futuros seres humanos al espacio en forma embrionaria. Independientemente del clásico debate de si son o no ya seres humanos, la forma de enviarlos al espacio podría ser motivo de debate. También la forma de generarlos mediante matrices artificiales puede llamar la atención, y sin duda el hecho de que estos seres humanos nunca habrían conocido La Tierra. Tendrían como testigos a los robots de la expedición, que serían los responsables de darles la información, conocimientos, cultura, y formación necesarios para desarrollar una nueva cultura. Si esos robots fuesen programados con una IA que dejase de lado los aspectos menos afortunados de las actuales sociedades, los nuevos seres humanos podrían tener una oportunidad de crear una sociedad mejor. Pero ese es un problema de orden moral y ético al que deberían enfrentarse por sí mismos.Sin embargo, la salvaguarda de la especie es el objetivo prioritario en un proyecto así. Y para que sea posible colonizar otros planetas, aspectos como la ética y la moral deben quedar en un segundo plano. No sirve de mucho disponer de una moral y una ética completamente desarrolladas si ello conlleva la desaparición de la especie. Además, los actuales modelos éticos y morales no están ayudando a salvaguardar La Tierra, por lo que cambiarlos no debería ser traumático; antes al contrario, podrían ser la clave para buscar una solución al futuro de la humanidad. Los robots podrían generar una nueva clase de seres humanos con valores heredados de la experiencia actual, por lo que podrían comenzar de cero pero a la vez ser mejores en la valoración de los aspectos necesarios para mantener el desarrollo de sociedades más justas y equilibradas, tanto en su organización como en el respeto al medio ambiente, causa final de la situación de peligroso equibirio ecológico en el que nos encontramos actualmente.

La solución embrionaria no manda seres humanos terrestres al espacio. Lo que hace es mandar un mensaje de esperanza y futuro para la humanidad. Esos seres no tendrían influencias directas de la actual humanidad, y serían en cierto modo un nuevo comienzo. Los robots serían su salvaguarda, y los robots no sufren de los problemas de egocentrismo, envidia, odio, y otros sentimientos negativos, por lo que no podrían transmitirlos a las nuevas generaciones. Tendrían que enfrentarse a esos sentimientos como seres humanos, pero no partirían de los terribles ejemplos que vivimos diariamente en La Tierra. 

Extrasolar PlanetImagen artística de un planeta extrasolar en órbita alrededor de una enana roja

La clave para el futuro está en la Inteligencia Artificial.Todo lo aquí expuesto supone un proyecto a largo plazo, pero factible. El reto último no es tanto la creación de naves estelares, de sistemas de reproducción asistida artificiales, o la gestión de los embriones durante el viaje. La clave está en los robots, y en la correcta implementación de una Inteligencia Artificial que cumpla perfectamente con la labor encomendada, adaptándose a las circunstancias, valorando las situaciones como se presentan, y tomando las decisiones correctas. El objetivo es la colonización, y los robots serían los encargados de llevar todo el peso del trabajo, tanto durante el viaje como en la primera fase de la colonización, cuando se construyen las primeras estructuras vitales y se desarrollan los primeros cientos de embriones en forma de humanos adultos. Y luego, por supuesto, en la formación de esos seres humanos para que conozcan sus orígenes, y tomen el mando del nuevo planeta. Todos los conocimientos de su antiguo mundo y de sus ascendientes serían heredados por el nuevo grupo humano, que tendría el deber de crear una nueva sociedad y propagarse por el planeta, con el objetivo de seguir colonizando otros mundos, en un ciclo continuo y sin fin. 

2001Stanley Kubrick representó el futuro de la humanidad como un embrión humanoque forma parte del tejido del espacio-tiempo del universo
 

La alianza entre robots y humanos.Los robots, y su Inteligencia Artificial, podrían además ser adaptativos, e incorporar mejoras constantemente a sus modelos. Podrían crear nuevos robots más perfeccionados, más adaptados, y con mayores capacidades físicas e intelectuales. Nuevas razas de robots podrían construir mejores naves espaciales, y permitir el desarrollo de mejores sociedades, más adaptadas a los requerimientos humanos y a sus necesidades. La conquista del espacio podría de este modo abordarse en dos frentes: la gran imaginación y capacidad de adaptación del ser humano frente a problemas cualitativos, y la ayuda siempre creciente de robots cada vez más adaptados a solucionar problemas de ingeniería en el diseño de nuevos sistemas de terraformación, nuevas naves espaciales, mejores sistemas propulsores, y mejores sistemas de habitabilidad en los planetas descubiertos. Sería una alianza en la que cada grupo saca lo mejor de sí mismo, y obtiene lo mejor de la otra parte. Una alianza que permitiría que la humanidad se expandiese por toda la galaxia durante miles de años.

ASIMOEl robot ASIMO prefigura hoy a los robots del mañana
 

Son los sueños los que construyen el futuro.Puede que todo esto suene a un sueño y a una aventura inabarcable, pero recordemos que eso mismo pensaron los que vieron cómo los primeros fenicios se embarcaban en busca de nuevas tierras en el Mediterráneo, o aquellos que vieron partir a Colón en sus tres barcos en un viaje de gran riesgo que transformó el mundo. La humanidad debe plantearse su futuro fuera de La Tierra, y mientras no se encuentren soluciones alternativas, debe trabajarse sobre lo que se tiene en la actualidad. No podemos ignorar los hechos: los recursos de La Tierra no durarán para siempre, en términos de permitir la supervivencia de los seres humanos. Hay que buscar salidas, y hay que encontrarlas ya, o no habrá problema que resolver, porque no habrá humanidad, excepto restos esparcidos como consecuencia del desastre ecológico.

Hemos sobrevivido durante mucho tiempo gracias al desarrollo de nuestro cerebro. Ahora ese desarrollo pone en peligro el delicado equilibrio del planeta. Lejos de querer lanzar un mensaje apocalíptico, pensamos que la sociedad puede terminar desintegrándose, pero no la humanidad. Lo que no es concebible es que se pueda perder gran parte de los seres vivos, el conocimiento, la cultura y la historia por diferentes desastres naturales que aboquen a La Tierra a una extinción masiva de todos ellos. Además, los peligros de extinciones naturales de gran impacto, como los ocurridos hace 250 millones de años o hace 65 millones de años, son siempre factibles. Quizás no haga falta un desastre de grandes proporciones, puede haber elementos mucho menos dramáticos que pongan en peligro a nuestra especie y a otras especies.

Es hora ya de comenzar a debatir, en serio y con rigurosidad científica, qué futuro queremos para la humanidad. Podemos ser un trazo en la historia de la galaxia, o podemos convertirnos en los herederos de las estrellas. Es una cuestión que, lejos de ser utópica, cada día está más viva. Ahora es la humanidad quien decide qué quiere hacer con su futuro, si seguir luchando en absurdas guerras que no conducen a nada excepto a mantener un tiempo más una situación precaria, o por el contrario se establecen las bases para un mejor futuro de la humanidad entre las estrellas. Es nuestro turno, y debemos comenzar ya. Nos espera el mañana, pero hemos de ser conscientes de que un día puede no haber mañana.


 Pequeño corolario sobre el envío de seres humanos al espacio exterior.Un par de reflexiones finales hemos pensado añadir sobre este controvertido tema que ha generado cierto interés, ya que es obvio que el tema se abre a debates intensos y a diversidad de opiniones, todas ellas de mucho interés. Este pequeño corolario se añade al artículo publicado anteriormente.

En primer lugar, no hemos hablado de otra posibilidad: el hecho de salir de La Tierra, pero no para colonizar otros mundos. La propia nave sería entonces el nuevo mundo en el que vivir. A este concepto le podríamos llamar el de Nave-Mundo. Puede parecer duro disponer de una nave en el espacio en lugar de un planeta completo, pero este método tiene dos ventajas:- Una ventaja sería que no se colonizan nuevos planetas, y por lo tanto, no se transforman esos mundos. Son como son, tienen la vida que tienen, y disponen de un ecosistema que no se ve alterado. Como máximo, podrían tomarse algunos elementos básicos necesarios para el soporte vital de la nave.- Una segunda ventaja, la Nave-Mundo podría tener un tamaño destacable, en realidad, podría llegar a tener cientos de kilómetros, con la tecnología adecuada. Sería al principio una pequeña nave, pero con estructura modular que permitiese su crecimiento según las necesidades. De nuevo, las estructuras y materias primas podrían ser tomadas de asteroides o planetas sin vida. Pero la nave sería en sí misma un mundo autosuficiente. No sería una nave colonia. Sería un mundo en sí misma, con espacios habilitados para el mejor desarrollo de la vida humana.Como segunda reflexión, quisiéramos agradecer a todos los comentarios vertidos en relación a este documento, del cual este corolario es un añadido final tras la publicación inicial. El debate filosófico, tecnológico, político, cultural, y social sobre los temas tratados en este artículo son en muchos aspectos la base del pasado, presente, y futuro de la humanidad. La reflexión es necesaria, es importante para lograr un futuro que se desea mejor para todos. Es una idea romántica el pretender un futuro de paz y armonía, pero no por ello debe dejar de ser un sueño, al que nos intentemos acercar cada vez más aunque nunca lo alcancemos.

Las crisis y los momentos de gran desarrollo han sido la base de la historia de la humanidad y de la vida misma, y sabemos que una crisis importante puede destruir gran parte de los logros conseguidos. Pero luego pueden venir nuevos tiempos de bonanza, y es importante marcar el camino que se cree en cada momento más adecuado para el futuro de la humanidad. Aunar sueños y realismo es la base de muchos de los éxitos. No dejemos nunca el realismo, pero no dejemos nunca de buscar hacer realidad los sueños, ya que son la base del verdadero progreso.

 


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