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Entreacto


jenisais

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Buenasss

 

 

(Por fin dispongo de tiempo. Contento por reanudar mi contacto con el Foro. Me explicaré: Me disponía a disfrutar de la Semana Santa en casa; cuando por "órden de la superioridad" se decretó que había que salir de viaje... En fin, "el hombre propone, Dios dispone, y la mujer todo lo descompone". Total que volvimos el lunes 5 más cansados...Y sorpresa, al intentar conectar el Internete...zas¡¡ el router roto. Llamada a la compañía, y hasta ayer por la tarde esperando la pieza nueva. De los nervios estoy.

A ver si recupero el tiempo perdido. Estos días los he pasado intentando ordenar mi caótica biblioteca y papeles afines, lo que no ha contribuido a aplacar mis nervios. Pero...¡¡pelillos a la mar¡¡ Y manos a la obra.

 

Quedamos con El Incendio a vueltas. Me ha dado tiempo a leerme todo el libro. Sigo opinando que es la obra clave para entender la Guerra Aérea en Europa. A veces un poco árido, pero siempre repleto de datos, (tampoco ayuda una traducción que no está a la altura de un libro de este porte). Habrá que suplir con el celo de siempre esta deficiencia. Pero me fastidia tener que suplantar a veces lo que voy trascribiendo para una mejor comprensión de todo lo importante que Jorg Friedrich quiere trasladarnos en su a menudo apretado texto. Verdaderamente ni sobra ni falta nada en él. Seguiré seleccionando lo más significativo e interesante. Mi única preocupación es no aburrir. Sería mi culpa el no saber seleccionar, no de la obra en sí.

 

Es sencillo. Seguimos exactamente donde lo dejamos la noche del 1º de mes: Capº 2 La Estrategia; tema 6º El camino al bombardeo moral; fin del apartado "verano del 40, aparición de las estratégias aéreas, y comienzo de un nuevo apartado: El anticipo de una nueva doctrina.

Recuerdo que estamos en el crucial verano de 1940, con Francia recién derrotada; y sus costas, y sobre todo sus bases aéreas a disposición de la Luftwaffe. Solo el Canal (y la RAF) se interponen entre Hitler y una anunciada victoria. Veamos lo que pasó, y lo definitiva que fué esa "nueva doctrina (aérea)" que nos anunciaba el apartado.

 

Punto y seguido, pues.

 

 

(...)para fabricar más y y mejores armas. Así la guerra del futuro no se decidirá realmente en el campo de batalla sino mucho más atrás, en las cadenas de montaje y las fábricas. Así de claro lo expuso el Mariscal del Aire Hugh Trenchard, el padre de la Royal Air Force, en 1928: "Atacar la capacidad ofensiva significa socavar los puntos más fuertes del enemigo. Por otra parte, en un día quizá se puedan eliminar 50 aerodromos enemigos, pero mientras tanto, la industria moderna está produciendo 100 aparatos. El ritmo de producción desborda nuestra capacidad de destrucción en el frente. Por eso, mediante una ofensiva sobre sus fábricas, la acción del enemigo se ve disminuida en mucho"

 

Apartado: El anticipo de una nueva doctrina

Desde el momento en que la producción militar se convierte en objetivo militar, todo tipo de producción es militar. Qué lleva un avión que no proceda de la fábrica: chapa laminada, depósito de balas, caucho, aceite, instrumentos de navegación, todo ello profesionalmente tratado. Para no dispersar la eficacia de su propuesta, Trenchard circunscribe los objetivos de la misma: "Todo elemento que efectivamente contribuya a la destrucción del equipo de ataque invasor, así como los que menoscaben su propio potencial ofensivo"

Es decir, medios de defensa y y potencial ofensivo: destruirlos supone ganar la guerra en la retaguardia. El instrumento para penetrar de forma incontenible en la retaguardia enemiga, es el bombardero, por lo que los conceptos de "bombardero", "Estado" y "guerra" son imposibles de disociar a partir de este momento. Hacer la guerra significa, por encima de todo, bombardear ciudades. Así indicaba la doctrina Trenchard, la razón de ser de la RAF.

Y el centro de esta doctrina eran unas ideas no escritas que el Premir Baldwin, un pacifista, había resumido en una frase temeraria: "El bombardero se abre paso": pero se refería al del enemigo. Los estrategas del aire tomaron al pie de la letra esta máxima de los 30 años de "Appeasement" (pacificación), y militaristas y antimilitaristas coincidieron en su error. Porque todo lo que pugna por salir se encuentra, desde siempre, con algo que se lo impide.

En el momento en que el Bomber Command tenía que iniciar la estratégica guerra aérea, descubrió que le resultaba imposible. Ocurrió que la guerra no la empezaron sus teóricos y profetas, sino otros, a quienes resultaba más sencillo. Sin doctrina, sin una estrategia ni un plan, solo por la siguiente razón: querían atacar un punto que les permitiera franquear la costa francesa. Fue el preludio del bombardeo de setiembre (1940) sobre la ciudades del sur y el centro de Inglaterra, y que mató, hasta marzo de 1941, a 30.000 personas. Se acababa de cruzar un límite trazado en los últimos 5 siglos. Cuando este límite se había pasado, no había sido posible dar marcha atrás. La medida tiene una íntima y esencial relación con la mecánica política que condujo a ella.

Cuando Goebbels sondeó el estado de opinión, el 26 de agosto, en la mañana siguiente a la frustrada acción de castigo de Churchill, se encontró "todo Berlín en tumulto", porque había tenido que soportar 4 horas de alarma aérea. Por suerte, "aparte de un par de bombas incendiarias", no se produjeron grandes daños. "Pues ahora, 1500 bombas sobre Ingletarra". Se está cociendo "una colosal acción de castigo contra los ingleses". Por culpa de la poca flema con la que los alemanes enfrentaban los ataques, la furia eempezó a recorrer a los miebros del Partido y del Gobierno, y de forma pintoresca, por cierto. El mismo Goebbels no oculta su satisfacción porque "ahora Berlín está en la guerra. Será mejor así". Churchill, interesado en la misma medida por el frente de Berlín, impulsa al comandante en jefe Newall a intentarlo de nuevo. En esta ocasión, "quiero que Vd. les haga daño. Y en Berlín es donde hay que darles".

En la nohe del miércoles, los aviones británicos alcanzan la estación Görlitzer en Berlín-Kreuzberg, y 10 personas mueren. Dos noches después, algunos aparatos bombardean la colonia Siemens. Goebbels anota cómo nadie ha corrido al refugio, como había ordenado el Führer. El propio Hitler no se había metido en ningún sótano, pero "ha querido encontrarse en Berlín durante el bombardeo. Ahora está donde tiene que estar". Entre el sábado y el martes se adopta una resolución. "Probablemene la guerra aérea recrudecerá al final de la semana. Entonces nos lanzaremos sobre Londres". Churchill responde entonces, "los cuadros más valiosos, por seguridad, se han guardado ya en la Cancillería del Reich. No creo que los ingleses los vayamos a respetar".

El jueves 5 de setiembre aún no ha pasado nada. "El Führer, de momento, tiene dudas. ¿Por cuánto tiempo?. El pueblo cuenta con la victoria en otoño. "Si la guerra pasa del invierno, seguro que veremos al entrada de América en ella. Roosevelt trabaja para los judíos". Ese día, Hitler habla sobre la guerra aérea en el Palassport: él va a esperar 3 meses más, y sobre todo va a esperar las noches, ya que ningún avión inglés logra cruzar el canal de día. Las bombas están arreciando, sin plan defindo, sobre los barrios civiles, también sobre estaciones y pueblos, allá donde haya una luz. Alguien habrá creido que esta acción desordenada va a terminar pronto; se equivoca: van a dar la réplica a los ingleses una noche tras otra. "Y cuando los aviones británicos lancen dos o tres o cuatro mil kilos, nosotros arrojaremos en una noche 150.000, 180.000, 230.000, 300.000, 400.000, un millón de kilos. Dicen que van a atacar nuestras ciudades a gran escala; nosotros borraremos las suyas. Vamos a ahorrarles el trabajo a estos piratas de la noche, ¡vive Dios¡. Llegará el día en que uno de los dos caiga, y no será la Alemania nacionalsocialista".

La doctrina Trenchard se basaba en la estrategia de minar la moral del enemigo a base de borrar sus ciudades. Las Fuerzas Aéreas alemanas no estaban adaptadas a este tipo de operaciones, más bien constituían un apoyo táctico: despejaban el camino a otras unidades y mantenían viva la ofensiva terrestre. Nunca habían contado con un bombardero estratégico, destinado a barrer la superficie de la isla. Los aviones alemanes no ampliaron su radio de acción hasta que no pudieron despegar desde bases proxmas al canal, con la idea de penetrar en las costa de enfrente, protegida por cazas. Hitler no había tomdo ninguna ciudas fuera del territorio del Reich. Quiso el destino que tuviera a su disposición un arma capaz de hacer realidad el sueño de Trenchard. Nadie más, en ese momento, podría haberlo hecho; ocurrió porque podía ocurrir.

 

 

 

(Basta por hoy. Nos pondremos al día enseguida.)

 

Saludos

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Buenasss

 

(Punto y aparte de ayer. Y nuevo apartado, más conocido, y más interesante)

 

 

Londres bombardeado, otoño 1940

 

Una flota de 1.000 aviones (300 bombarderos, cazas el resto), apiñados y dispuestos en dos capas a 4.000 y 6.000 metros de altura, se dirigió a Londres. Desde Calais apenas tomaba tiempo el llegar. Era la tarde del 7 de setiembre (de 1940), y Goering había señalado las dársenas y la ciudad como objetivos. El código de ataque era la palabra "Loge", como el dios del fuego en la ópera de Wagner, El oro del Rin.

 

El bombardeo se desvió, castigando un area muy poblada de la ciudad, dejando 300 muertos civiles y 1300 heridos graves. Después de la primera incursión, los incendios ya habían iluminado la noche. La flota se retiró, volvió una vez mas y lanzó bombas hasta el amanecer. El Gobierno británico supuso que la invasión se aproximaba e hizo sonar las campanas de las iglesias. Lo cierto es que aviones se quedaron de día entre bastidores, pero volvieron muchas noches más , siempre con la misma intensidad. Hitler empezó a coger gusto por la guerra aérea, y llegó a explicar a Raeder, jefe de la Marina, que todo respondía a una estrategia. Donde fuera posible, se buscaría decidir la contienda desde el aire, sin recurrir a los barcos.

El agregado militar alemán envió un cable desde Washington, en cuyo Ministerio de la Guerra se juzgaban sombrías las perspectivas para la Gran Bretaña: se vislumbraba el final, la moral estaba muy tocada, el bombardeo de Londres se había sentido como un terremoto. Antes del ataque, Goering dudaba de un desenlace tan claro. A Jeschonnek, jefe del Estado Mayor del Aire, le preguntaba. ¿Cree Vd. que nosotros nos rendiríamos si Berlín se encontrara en ruinas?. Jeschonnek pensaba que la moral de los británicos era mucho más quebradiza que la alemana. "Pues se equivoca Vd" contestó Goering, que a pesar de todo se dejó convencer por los fabulosos resultados de las primeras oleadas. Hitler estaba indeciso. Cuando Goebbels se lo pregunta delante de todos los generales , "¿si Inglaterra va a capitular?", él mismo responde afirmativamente en voz alta; continúa: "Los generales comparte mi opinión, una ciudad de ocho millones de habitantes no resiste algo así". Hitler se mantiene taciturno. El Fuhrer no termina por decidirse.

También a Goebbels se le plantean al día siguiente algunas preguntas. Los aviones británicos están penetrando de nuevo en el Reich. "Su objetivo principal es y seguirá siendo Berlín. Londres, el nuestro. Ahora, los escenarios de la lucha están determinados". Han pasado dos semanas y lo de los británicos es paradójico. "¿Atacarnos en el punto donde se vuelven extraordinariamente vulnerables¡". Berlín parece seguro y lejano, Londres está a la vista. Debe de haber una razón para esto.

La batalla del Comando de Cazas contra los cazas alemanes está discurriendo de forma angustiosa, ¿para qué quiere Churchill abrir otro frente?. Goebbels, con ingenuidad, se responde: "Los ingleses cometen fallo tras fallo". Alemania se regocija. Las portadas de los periódicos titulan: "LOndres arde por todos los lados", "Muerte y desgracia en Londres", "Ataques de castigo noche y día sobre Londres". Goebbels anota lo siguiente. "En Londres se advierte que la ciudad se está convirtiendo en una madriguera". La ciudad está "cada vez más cerca de un destino como el de Cartago". Ricos y pobres se pegan para entrar en los refugios antiaéreos del metro. "Gritos de pánico ante el mundo entero. Pero esto ya no sirve de ayuda".

 

Coventry y Dortmund

A partir del 9 de setiembre, cerca de 160 bombarderos atacaron Londres cada noche de las 57 que duró la ofensiva ((a menudo lo hacían de dia también). El 15 de setiembre, los alemanes perdieron la cuarta parte de los bombaderos que habían mandado; el 27 de setiembre, 20 cazas de la RAF abatieron 47 aviones alemanes. Goering pidió en octubre a los pilotos de caza que adiestraran a los de los cazabombarderos para sortear los focos y las baterías antiaéreas volando a mayor altura. Pero las bombas no obrarían el mismo efecto si se disminuía su volúmen y precisión. El 14 de noviembre, Goering ordenó atacar Plymouth, Portsmouth y Southampton, en la costa, y seguir sobre las ciudad más al norte hasta Liverpool. Coventry fue la que más sufrió. "Allí hay una ciudad practicamente borrada", escribió Goebbels. "Ahora solo hay ruínas"

De los 328.ooo habitantes, 568 murieron, proporción similar a la del bombardeo sobre Dortmund del 5 de mayo del 43 (693 bajas en una población de 537.000). La cifra tuvo que haberse multiplicado hasta el final de la guerra, pero fue dejando pocas huellas en la memoria. En 1940, eso sí, Coventry era una señal de fuego. "Este caso ha conmocionado al mundo entero -considera Goebbels- en Estados Unidos se encuentran bastante asustados". El pueblo alemán examina con sobriedad lo ocurrido. Se estudian las fotografías de tranvías y edificios destrozados que ha publicado el Volkischer Beobachter y se piensa en lo poco que , hasta la fecha, ha exigido la guerra a los alemanes. Los lamentos y las cifras de bajas de la prensa se utilizan como propaganda, "Ellos mienten y nosotros también". La suerte de Varsovia y Rotterdam provee la escala de medición, ahora se duda si la situación de Londres es comparable.

"Nuestros compatriotas están asombrados -escriben los analistas de opinión de las SS- con la capacidad de encaje que Gran Bretaña está demostrando". ¡No aparecen los signos fehacientes de victoria¡. La gente mira las fotos de barrios enteros corriendo en pos de los túneles del metro, de los estragos en los edificios, y empieza a preguntarse por su propia capacidad de resistencia. La población está pasando una`prueba, de eso no hay duda. En octubre, las Fuerza Aéreas alemanas contabilizan 1.733 aviones perdidos desde los primeros ataques en julio; la RAF computa 915 de los propios. En diciembre se interrumpe la ofensiva con el resultado de los 23.000 civiles exterminados, de ellos 14.000 en Londres.

Las aciones de la aviación alemana no se pueden considerar como un bombardeo planificado de objetivos civiles. Se destruyeron aerodromos, fábricas aeronáuticas, diques, puertos, astilleros. Pero el Bomber Command tampoco aplicó más adelante la idea de la masacre civil. Los líderos políticos asumían que las armas no podrían distinguir entre producción y productores, industia y ciudad, industria y trabajadores. Hitler y Goering concibieron la ofensiva sobre Ingaletrra como prueba de fuego para una nación, tal como Hugh Trenchard había aconsejado y como el mundo entero se había imaginado la guerra del futuro. Porque, aunque a cada asesinato corresponde un plan, no es lo mismo planearlo que cometerlo.

 

La arriesgada carta de Churchill

Hitler no había ultimado plan alguno, ni para la guerra ni para bombardear Inglaterra. Reaccionaba ante las circustancias. Los 23.000 británicos que habían caído a finales de 1940 vinieron a ser consecuencia del ataque contra la fuerza de cazas britanica, ofensiva que tenía que allanar la invasión terrestre. Como sus ofertas de paz no daban el fruto apetecido, Hitler tiró del armamento y se acordó del bombadero, porque otra cosa no existía. Cuando se comprobó que el bombardero había fracasado, Hitler se quedó sin recursos.

El Mariscal del Aire Saundby, segundo del Bomber Command, hizo, desde el punto de vista británico, una interpretación parecida de dicho escenario: un desastre para la dotación de cazas y la organización del Fighter Command. A finales de agosto se estaba al límite del desastre. Los aparatos perdidos excedían con mucho la cantidad de nuevos aparatos producidos; se temía que las dotaciones de cazas se agotaran en otras 3 semanas de desgaste.

Dice Saundby: "Bajo estas circustancias, Churchill decidió jugar una baza arriesgada. En la noche del 25 de agosto cayó una gran cantidad de bombas alemanas sobre Inglaterra, las primeras desde 1918, y el Gobierno ordenó como réplica un severo castigo sobre Berlín. El Bomber Command llevó a cabo un fructífero ataque sobre la capital alemana la noche del 26 de agosto, si bien esta noche no era suficientemente larga y propicia para llegar y volver al amparo de la obscuridad. El Comando superior del ejército alemán reaccionó vehementemente y eligió como blanco principal Londres y otras ciudades. Entonces se rebajó la presión sobre el Fighter Command, lo cual podría comprometer la defensa nacional. Incluso cuando suponía que la población civil tendría que sufrir, fue aquí cuando la batalla cambió de signo y aumentaron las posibilidades de Gran Bretaña en la guerra"

 

El capitán Liddell Hart, el téórico militar más prestigioso de su tiempo, se pronunció en el mismo sentido: el martirio de la población civil serviría para salvar una fuerza ofensiva medio anulada.

La sangre del escudo salpicó, por supuesto, a los que la habían derramado, la aviación alemana de Goering; y dió gloria a la capacidad de sufrimiento de los londinenses, quienes no criticaron a Churchill y se mantuvieron a su lado aunque no hubiera perspectiva aparente de victoria. Hitler seguía a la puertas del Canal, asociado con Rusia. Y en los EEUU un 7,7% de la ciudadanía apoyaba la entrada en la guerra, mientras una porción 5 veces mayor la desaprovaba. Entre ambos grupos existía otro, partidario de intervenir cuando las democracias europeas hubieran cedido. Esta fracción era la última carta de Churchill. Tenía que asegurar la re-eleción de Roosevelt el 5 de noviembre. El presidente ya ofrecía ayuda a los británicos. Pero para intervenir, necesitaba un cambio en el estado de la opinión pública.

 

 

 

(Mañana más. A ver cómo reaccionan los EEUU)

 

Saludos

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Tremendo trabajo Jenisais!

Ya has superado me capacidad de estar al día con tus "subidas".....tengo que ponerme al día, pero como tu bien dices "La superioridad manda" (....ya sabemos quienes son la superioridad, jejejeje :icon_mrgreen: )

(...y felicitaciones por tus galones de sargento ;) )

Un gran saludote

Edited by racoon
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Buenasss

 

(Decíamos(antes de)ayer... Vamos por lo siguiente al bombardeo de Londres, en setiembre 1940.)

 

 

 

El reclutamiento de América

 

En los días que duró su curisoo ataque de la última semana de agosto sobre Berlín, Churchill había depositado su artillería pesada en el "Duchess of Richmond", el barco que Henry Tizard llevó hasta Washington. Con ´´el viajaban todos los secretos y patentes invertidos durante 30 meses para poner en pie el arma más monstruosa que se hubiera empleado contra el ser humano, la flota del "Combined Bomber Offensive". Roosevelt recibió, como anticipo de la futura alianza, la técnica del radar, los puestos diseñados para las ametralladoras interiores de los B-17, el motor Merlin de la Rolls Royce y los princispios de la investigación desarrollada por los físicos Peierls y Frisch. Habían calcado la masa crítica ncesaria para producir una detonación como consecuencia de la fisión de un núcleo de uraaaaanio. Esta detonación liberaba una cantidad de enería contrlada y de gran fuerza persuasiva. Tizard se había preocupado de controlar las minas de Katanga en el Congo Belga, la mayor fuente de uranio del mundo. Aquellas armas pendiente de incorporación, fantasmales aún, desatarían el purgatorio en que el Reich iba a arder y purificarse.

"Un fuego descomunal en su patio interior", juró Churchill, haría retroceder al Reich de Hitler en el continente. "Vamos a convertir a Alemania en un desierto, sí, en un desierto. Esto estaba prometiendo a las damas en la mesa antes de que se presentara el Mariscal del Aire Dowding para traerlos al presente al Comandante en Jefe del Fighter Command y a él mismo. Les anunció que los alemanes debían de tener una onda capaz de gyuiar sus aviones hasta su objetivo.

Churchill no contó con una "superioridad balística" que le permitiera ejecutar "la gran ofensiva contra los alemanes" antes de 1942. Hasta esa fecha, a Inglaterra le faltaban perspectivas, su gente estaba sentenciada a permanecer unida y tragar injurias. "En la última guerra nos estuvimos preguntando todo el tiempo cómo podríamos conseguir la victoria, y de repente y sin esperarla la teníamos en el bolsillo". Ya

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Buenasss

 

(Decíamos(antes de)ayer... Vamos por lo siguiente al bombardeo de Londres, en setiembre 1940.)

 

 

 

El reclutamiento de América

 

En los días que duró su curioso ataque de la última semana de agosto sobre Berlín, Churchill había depositado su artillería pesada en el "Duchess of Richmond", el barco que Henry Tizard llevó hasta Washington. Con ´él viajaban todos los secretos y patentes invertidos durante 30 meses para poner en pie el arma más monstruosa que se hubiera empleado contra el ser humano, la flota del "Combined Bomber Offensive". Roosevelt recibió, como anticipo de la futura alianza, la técnica del radar, los puestos diseñados para las ametralladoras interiores de los B-17, el motor Merlin de la Rolls Royce y los principios de la investigación desarrollada por los físicos Peierls y Frisch. Habían calculado la masa crítica ncesaria para producir una detonación como consecuencia de la fisión de un núcleo de uranio. Esta detonación liberaba una cantidad de enería controlada y de gran fuerza persuasiva. Tizard se había preocupado de controlar las minas de Katanga en el Congo Belga, la mayor fuente de uranio del mundo. Aquellas armas pendiente de incorporación, fantasmales aún, desatarían el purgatorio en que el Reich iba a arder y purificarse.

"Un fuego descomunal en su patio interior", juró Churchill, haría retroceder al Reich de Hitler en el continente. "Vamos a convertir a Alemania en un desierto, sí, en un desierto. Esto estaba prometiendo a las damas en la mesa antes de que se presentara el Mariscal del Aire Dowding para traerlos al presente al Comandante en Jefe del Fighter Command y a él mismo. Les anunció que los alemanes debían de tener una onda capaz de guiar sus aviones hasta su objetivo.

Churchill no contó con una "superioridad balística" que le permitiera ejecutar "la gran ofensiva contra los alemanes" antes de 1942. Hasta esa fecha, a Inglaterra le faltaban perspectivas, su gente estaba sentenciada a permanecer unida y tragar injurias. "En la última guerra nos estuvimos preguntando todo el tiempo cómo podríamos conseguir la victoria, y de repente y sin esperarla la teníamos en el bolsillo". Ya que él no podía dar ningún paso efectivo, Churchill contabacon que quizás Hitler se equivocara, "emprendiendo una invasión o dirigiéndose al este". En el fondo los dos países se hallaban en punto muerto; deberían haber dejado la guerra, pero en vez de eso aguardaban el error ajeno.

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Otra vez Buenasss

 

(Está pasando algo muy curioso y bizarro. En mitad, o casi, de la trascripción, y sin más ni más, la pantalla se ha empequeñecido, a la vez que aparecía un mensaje (villano, además) que amenzaba con borrar mi mensaje, ya que el Aministrador, creo, escribía que "limitaba los mensajes" o algo así. Y que esperara 20'' antes de reanudar. Y que debería "guardar" todo... No sé cómo he hecho. Y aunque veo se ha duplicado, por lo menos lo he podido mandar. No entiendo nada (lo cual no es raro :rolleyes: Me da miedo seguir mucho más por si pasa igual. Voy distribuir mi mensaje en pequeños cortes, y que sea lo que Dios quiera. Punto y aparte... y suerte)

 

Fueron errores el que Alemania acometiera la campaña rusa, porque le impidió doblegar a los británicos; bombardear las ciudades inglesas, porque los cazas del Fighter Command sometieron a los suyos a un duro castigo y atacar a los cazas enemigos, porque el ultimatum alemán para la paz no pudo ni siquiera considerarse. ¿Pudo Churchill haberle tendido a Hitler una trampa para llevarlo a la guerra de bombardeo?. De esto da fe Saundby, y es posible, pero irrelevante. Lo decisivo fu el fracaso de la ofensiva alemana que unió a los británicos por su común destino, abrió el pílpito de los martires que nutrió el ánimo de Estados Unidos durante la guerra y anuló toda aspiración de evitar la masavre. Ya no quedaba nada del viejo honor del guerrero, dedicado a defender al indefenso en vez de exterminarlo.

 

El proyecto del ataque exterminador

La primera nación que experimentó consecuentemente la furia desatada de la guerra aérea, desde sus presupuestos de base hasta la desertización del territorio fue la alemana. Es probable que hubiesesucedido así de cualquier manera. La guerra de los bombardeos es consecuencia de la era industrial y la ruina de Alemania, consecuencia de Hitler. Pero no todo ocurrió segun lo previsto, ni en cuanto a la forma ni en cuanto a los plazos. La falta de previsión siempre desemboca en ficciones , y en el verano de 1940 se especula constantemente, se juega con ficciones. Las Fueras Aéreas alemanas se preguntan qué pasará si se continua reduciendo a las ciudades inglesas a escombros, y los mandos de la RAF parecen concluir en que, realmente, no queda otra salida que usar la única arma que queda a su disposición para "minar la moral de la mayoría de la población enemiga, sacudir su confianza en el régimen nazi y al mismo tiempo mermar el grueso de su industria pesada y parte de su producción de petróleo". En los almuerzos, Churchill comentaba su idea a su Ministro de Armamentos Beaverbrook y a las damas ahí presentes: contra Hitler solo hay una solución. En el continente no existe un ejército capaz de atacar aal poderío militar alemán. Si Hitler se dirige hacia es Este, no se le podrá contener. "Pero hay un medio con el que se le puede buscar y derribar: un ataque devastador con con bombarderos pesados, librado desde aquí sobre la patria de los nazis".

Eran solo palabras. Inglaterra estaba todavía a 3 años de ejecutar un plan como el prometido. Al ejército alemán le quedaban 18.000 ingleses más por matar hasta comienzos de 1941, antes de salir hacia Rusia. No es que a los ingleses les faltara voluntad sangrienta para atacar; es que no tenían ya recursos para ello.

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Buenasss

 

(Sigo, pero solo parte de otro apartado, por si acaso)

 

 

1941, la búsqueda de los objetivos industriales

 

En el 1º semestre de 1941, el Bomber Command se lanzó sobre el suministro almán de petróleo y su industria naval, dos fuentes primordiales de la intendencia. El Ministerio del Aire británico puso fin a aquellas expediciones en busca del objetivo de 4 ó 5 horas, que solían resultar en nocturnos fuegos fátuos. Se designaron 9 ciudades, entre ellas Leuna; Gelsenkirchen, y Magdeburgo, en las que se licuaba el lignito (gasolina sintética. N. del T.) Según los precisos calculos del cuerpo cintíifico, la maquinaria bélica del Reich se paralizarían destruyendo el 80% de la produccion interna de petroleo refinado.

En la noche del 14 de gebrero (1941), 44 Wellingtonse abireron paso hasta Gelsenkirchen, donde había que dar con la refinería Nordstern. 35 de ellos no encontraron nada, y 9 creyeron haberla diivisado y alcanzado, de lo cual no pudieron dar pruebas. En Sterkrade, la noche siguiente, se perdieron 2 aparatos sin llegar a dañar las fábricas Holten ; 40 aviones bombardearon Homberg cuando sus focos detectaron la presencia de fábricas, pero su propia luz los deslumbró y disminuyó la precisión del lanzamiento.

En el Bomber Command empezaron a tener la impresión de que solo se podrían bombardear los objetivos en las 9 noches mensuales de luz lunar. Además, el cielo tenía que estar despejado; y como se cubría de nubes casi todas las noches, las ofensivas sobre el petróleo fracasaba. Había sitios alejados, como Magdeburgo o Leuna, en cuyo camino no se interponía ningón obstáculo, pero pronto se adquirió la cosatumbre de volar hacia puntos muy próximos entre sí, Düsseldorff y Colonia, por ejemplo. Una vez incendiaron suburbio; otra 13 alacenes y 2 remolcadores en el Rin. Con ellos terminó la ofensiva contra el petróleo, que dió paso a la de los submarinos.

 

 

 

(Lo dejo aquí, por miedo a que me pase lo de antes. Me gustaría saber si a alguien más le ha pasado esto (aunque dudo haya alguien tan trasnochador - yo tengo "turno" de tarde). Espero que haya sido una mera "anécdota". Así que mañana más y mejor)

 

Saludos

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Interesantísimo, Jenisais. En la página del RAF Museum se pueden descargar unos podcasts relacionados con la Batalla de Inglaterra y las campañas de bombardeo sobre Alemania, algunos con testimonios de los propios protagonistas. Lo malo para ti es que están en Inglés.

 

Tengo una duda que me corroe por dentro, respecto a la odisea de Bob Johnson ¿Cual fue la razón de que no lo hiciesen ni puñetero caso cuando se desgañitó a radiar la inminencia del ataque de los alemanes justo antes de que los arrasasen?

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Buenasss

 

(Volvamos al tajo. Hay que recuperar.

P'al tio de la moto: releído el capº de lo del Bob Johnson. No tengo ni idea de por qué no le hicieron ni caso a su llamada de atención. Quiero creer sería debido a la barahúnda de gritos, imprecaciones y también a los parásitos de las ondas que casi siempre llenaban los auriculares. Me gustó recordar ese episodio trepidante. A ver si acabo con lo de El incendio, y me dedico a algo "más movido". Me lo pide el cuerpo. Y gracias por leerme.

 

Vuelvo a "1941 y la búsqueda de los objetivos industriales". Con punto y aparte desde lo último.

 

 

El tráfico marítimo de Gran Bretaña por el Atlántico Norte se vió sensiblemente mermado por los submarinos alemanes, dirigidos desde las bases de Noruega. El Bomber Command, por órden de Churchill se puso sobre el rastro de nuevas ciudades: Hamburgo, Kiel, Bremen.

 

Con una sola ofensiva, ejecutada en dos noches consecutivas de marzo, se consiguió alcanzar los centros administrativo e indal. del los astilleros Blohm & Voss en Hamburgo. Un almacen de madera y 2 submarinos quedaron igualmente dañados. El segundo de estos ataques, el 14 de marzo (1941) arrojó la cifra de 51 víctimas, la mayor hasta la fecha. Ese límite se desplazó hasta los 213 muertos de Kiel en las noches del 8 y 9 de abril ; por 1ª vez en 11 meses el Bomber Command se podía apuntar un éxito.

 

El 1º ataque duró 5 horas y dañó los astilleros Germania, sin cuyo turno de noche se ralentizaron unos dias. Más amplias consecuencia tuvo el 2º ataque, volcado en el núcleo urbano: se alcanzó un Banco, un museo, una escuela superior de ingeniería y la central del gas, pero, sobre todo, 8.000 personas perdieron sus casas, una multitud huyó aterrorizada de la ciudad (muchos de ellos a pie). Este escenario se aproximaba aun más a los vaticinios de Trenchard. La ofensiva alemana sobre Londres, por otro lado, no recrudcía; había una razón de peso: La templanza y el humor con que los británicos recibían golpes nada tenía que ver con la quejumbre alemana. En mayo del 41, Trenchard, anciano ya, escribe a Portal, alto mando de las Fuerzas Aéreas, recordando a los alemanes como presos en sus búnkeres.: "No se les ven detalles de humor cuando se repliegan, como se ven entre los nuestros, ningun lazo que una a los militares con la resitencia antiaérea. El alemán permanece pasivo, presa fácil del pánico y la histeria". Sobre este punto débil habría que incidir una y otra vez.

 

 

1941, la renuncia a los ataques de precisión.

 

Las ofensivas contra el petróleo y los submarinos habían demostrado que, en circunstacias favorables, se podría golpear contra objetivos logísticos. Fuen entonces cuando salió a la luz la excelente capacidad de Alemania para reconstruir su industria, tendencia ue se mantuvo hasta mediados de 1944. El valor de los daños causados a los alemanes se disparó, pero el talento de éstos para paliarlos parecía aumentar al mismo ritmo, y es que el Reich tenía a su disposición la mayor fuerza de trabajo de Europa, una dotación que se extendía desde Calais hasta Kiev, y que podía saquear, arrasar, corromper, movilizar, en pocas palabras, sabía ayudarse a sí misma. Era comprensible que con semejante caudal de lucha se equilibraran las pérdidas. Es lo que ocurre en la guerra.

A diferencia de lo que sugerían los datos del período 1914-1918, la economía no fue en absoluto el talón de Aquiles de Alemania en guerra. De 1918 quedaba otro recuerdo: los motines, la desazón de morir por una causa ajena, la caída final del régimen. El 9 de julio de 1941, en la 3ª semana de la campaña de Hitler contra la URSS, el Bomber Command designó un 3º grupo de objetivos militares: el sistema de trasporte. Se trataba de cortar el abastecminento de material que partía del área del Ruhr hacia el este. Había que aislar al Ruhr. Una ola de destrución debía paralizar Osnabruck, Hamm, Soest, Schwerte, Duisburg, Düsseldorf, Colonia, en el oeste. En las cortas noches de verano, no había otro sector accesible para los británicos que el cercano oeste.

 

La órden del 9 de julio contenía una larga serie de predicados, el últimos de los cuales parecía completar el plan de eliminación de las rutas de trasporte: "...y destruir la moral de la población civil, especialmente la de los trabajadores". Así se llevó a la práctica el concepto que terminó de conformar la guerra aérea: el "bombardeo moral", (moral bombing).

Churchill explicó gráficamente esta labor en abril de 1941: "Hay casi 70 millones de hunos furiosos, a algunos se les puede curar y a otros habrá que matarlos" ("some of whom are curable and others killable"). Huelga decir que los hunos en cuestión estaban matando en esos momentos a miles de londinenses indefensos, pero prescindiendo de ese dato, Churchill iba al grano. A partir de esa dualidad en sus medios, curar y matar, se puede deducir el procedimiento del "bombardeo moral".

 

(...) Con la ofensiva del petróleo había perdido 26 bombarderos entre febrero y marzo del 41, pero entre julio y noviembre (meses de las operaciones contra medios de trasporte), la cifra se elevó a 414 aparatos con sus respectivas tripulaciones. Esto suponía tener que restituir toda la dotación del Bomber Command cada 8 meses, como mínimo. Cuesta tanto sobrellevar las pérdidas como producirlas, el Bomber Command se dolía de las heridas más profundas que las del enemigo.

 

En agosto, Gobierno y Parlamento presenaron un estudio, el informe Butt, que venía a indicar que la proporción de aviones que alcanzaban su objetivo en circustancia metereológicas ideales era de un tercio.Por "objetivo" entendía el informe un área de 8 kms. de radio alrededor del punto elegido. A veces no se veía luna en el cielo durante semanas, y entonces solo por casualidad se podía dar con el objetivo. Las armas se volvía romas hasta el extremo de la inutilidad, de no poder dar al enemigo golpes con ellas. Se podrían haber vendido como chatarra para quitárselas de encima, pero estaba prohibido: había que leer el informe Butt por su lado posiitivio.

 

Se determinó que el Bomber Command daría de lleno en el blanco cuando el blanco estuviera a su alcance. Un círculo de 8 kms. de radio es innecesariamente estrecho. Una ciudad grande se extiende más allá de ese area; tanto más alla, que todos los medios disponibles no llegan para destruir sus edificios y habitantes. Un astillero debe reducirse a cenizas; de lo contrario será reconstruído en 10 días, como máximo. Tal precisión no se exigía ni se deseaba. Para desertizar un área enemiga, hay que invertir - y sacrificar- una cantidad de medios tan elevada que, en realidad, el ataque siempre resultaba un fracaso. Acaso se podría eliminar parte del objetivo, de forma que la otra parte padeciera las consecuencias. Así fue como la ciudad, a tenor de la doctrina y la dotación de fuerzas británica, se convirtió en escenario del "bombardeo moral".

 

El 29 de setiembre de 1941, Portal, jefe de ls RAF y renombrado teórico, sometio a la consideracion de Churchill un programa que rompía con todo lo anterior. Sus objetivos había dejado de ser los depósito de hidrógeno de febrero, o las vias férreas de julio, para ser la última gota de combustible. Todo se movía con combustible, dentro y fuera de las poblaciones. En el Bomber Command se había calculado que con 4.000 bombarderos y una carga mensual de 60.000 bombas, la 10ª parte de la cantidad que se estaba empleando, se podían arrasar 43 ciudades alemanas de más de 100.000 habitantes cada una. Comprendían 15 millones de civiles. De esta manera, se iba a doblegar a Alemania en un plazo de 6 meses, a base de "minar la voluntad de resistencia de los alemanes".

 

Churchill, que había sugerido repetidamente una ofensiva de tales proporciones, tardó en reaccionar. Valoraba a Portal y sabía que se terminaría siguiendo el camino propuesto, pero ya había vivido mucho y había visto fracasar miserablemente demasiadas ideas brillantes (incluidas las suyas propias) como para superditarlo todo a un solo plan. Según llegó a escribir, la experiencia con bombas había demostrado que la voluntad de resistencia, como la producción del enemigo, no podían tomarse como objetivos aislados. A los británicos, sin ir más lejos, la experiencia los había endurecido. No se ganaba una guerra con métodos únicos, y menos con filigranas numéricas.

 

 

 

(Paro aquí que me empieza a doler la espalda :blink: Queda, pues, pendiente solo medio apartado, y llegaremos a lo ya trascrito el 2 del cte. Ya veremos entonces.)

 

Saludos

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Buenasss

 

 

(Pues vamos a acabar, por ahora, con la trascripción de El Incendio, de Jorg Friedrich. Al acabar esta noche "1941, la renuncia a los ataques de precisión", llegamos a lo que ya traduje del libro de Time Life: La Guerre aerienne en Europe, en concreto se habló del Marshall Arthur Harris; y de la Operacion Milenium (1000 bombarderos -por vez primera- sobre Colonia. Y no es de recibo que vuelva a repetir ambos temas, que espero quedaran ahí ya explícitamente tratados.

 

Terminemos el apartado "1941, la renuncia..."; y dejemos por un tiempo prudencial El Incendio, insisto que el libro es esencial. Pero pienso que es el tiempo de cambiar un poco el "aire". Con esto quiero decir, que no renuncio a seguir con la obra de Jorg Friedrich más adelante.)

 

 

Punto y aparte, justo con lo último trascrito

 

 

 

Este escepticismo continúa a lo largo de todas las ofensivas con bombarderos. Se cuenta con un arma que golpea con dureza pero sin precisión al final, se insiste en su uso y se amontona y luego no se hace nada con ella. Los 4000 bombarderos de Portal suponían cuatriplicar la dotación de medios; Churchill prefirió esperar que los americanos entraran en la guerra para que el plan fuera más viable. No le importaba la ocasión que eligieran para mandar desde otro continente una expedición que asolara las ciudades alemanas, cualquier motivo le valía. Ya recibian ayuda, armas, desde un año atrás, y, es que ante todo, se coloca el arsenal propio que uno posee. El mismo Bomber COmmand tenía una reserva de armamento, lista una parte para su uso inmediato, a medias el resto. Faltaba la decisión estratégica para que esta reserva pudiera entrar en liza, decisión más comprometida a la luz del informe Butt, que daba cuenta del riesgo de malgastar todas aquellas armas: bombarderos capaces de trasportar una carga mayor, más rápido y más lejos; un dispositivo de navegación por radar que conduciría los aparatos hasta las ciudades; una gama de municiones ideadas para propagar sus efectos sobre el terreno; el sistema de marcación que en lo oscuro acotaría una zona para su destrucción concentrada. En 1941 aún no se necesitaba hilar tan fino. Para fijar un blanco, primero hay que avistarlo. El hecho de que la bomba cayera inmediatamente después, o que requiriera aparición previa de los señalizadores, no importaba a esta alturas. La marcación fija el contorno de una zona; una alfombra de bombas siembra la zona de material destructivo.

 

El aparato que lanza bombas, haya localizado el blanco exacto o no, causa daños. La andanada que el aparato dispensa no es en esencia distinta de la de cualquier cañón; solo que vertical. El hecho de que disparara a ciegas o que efectivamente apuntara, no importaba a estas alturas. El punto donde hace su impacto la bala de cañón será un objetivo adecuado. Acierta: aquí a propósito, allá involuntariamente. Las reglas cambian cuando los Pathfinder y el bombardero se reparten la operación, la gramática de tiro y blanco ya no procede. El Pathfinder no indica un punto, sino que delimita una zona. Lo que haya en ella no es que deba ser alcanzado, es que no debe seguir ahí. Tiene que desaparecer del mundo . La destrucción es la materialización de la muerte. Lo que la víctima encuentra no es su propia ejecución , ya que no tiene ejecución asignada. La víctima se encuentra en el sitio donde la vida cesa.

 

Entre 1941 y 1942 el Bomber Command dió un giro radical que le hizo seguir no ya el consejo de los técnicos, sino las consignas que estos fijaban y la consigna era formar en cada ataque un área de destrucción. Lo que el nombre de la ciudad designa pasa a ser este sector. El objetivo se puede lograr del todo, a medias o no lograrse en absoluto, como todo en la guerra, que depende del acierto tanto como del error. El Bomber Command aprendió su oficio con la práctica entre ciudad y ciudad: esto hay que cambiarlo, lo otro hay que emplezar a aplicarlo. Después de Lübeck, y antes de Hamburgo, se comprendió que el proceso de destrución no se iniciaría sin estar totalmente calculado. Entre Hamburgo y Darmstadt se estudiaaron las cicustancias favorables para prender la hoguera. Y entre Darmstadt y Dresde se aprendió a organizarla.

 

 

 

(Aquí acabo, repito, de momento con El Incendio, de Jorg Friedrich. Solo recordar que lo dejamos a mediados de 1942, cuando las espadas de la SGM estaban aún en alto.

Si alguien quiere comprar el libro, hay ejemplares en iberlibro, y en uniliber. Ed. Santillana/Taurus, 2003. Son 574 páginas densas, a veces un poco "especializadas", pero que, creo, no dejarán a nadie indiferente; y son lo mejor que hay en castellano sobre este tema.

 

 

Mañana empezaré con una nueva traducción a priori muy interesante. Y que tiene algo que ver con lo que aquí acabo de tratar, pero visto desde el otro lado; para así contemplarlo desde el otro punto de vista. Era algo que tenía in mente. Ojalá resulte)

 

Saludos

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