Siempre he reconocido la valentía y la pericia de estos pilotos "bomberos".
Casi todos los veranos, por no decir todos, por desgracia he podido verlos maniobrar para coger agua en el rio Tormes por debajo de Alba, en el reculage del azur de Villagonzalo; para quien no lo conoce es un sitio encajonado entre colinas que solo permite una dirección de entrada y salida. En ocasiones se han tirado todo el día mañana y tarde haciendo viajes para soltar el agua en los incendios de la sierra de Béjar, en la de Francia, la del Barco o en los fuegos de las Batuecas o de las Hurdes y volviendo a repostar y al final del día para aterrizar en Matacán, casi sin luz después de puesto el sol.
Son unos grandes profesionales que sudan la camiseta cuando les toca actuar, mi admiración y gratitud para ellos.