Es curiosa la capacidad de los políticos para jugar con el dinero de los demás y crear grandes cruzadas nacionalistas.
Si algo no es rentable, por mucho que se grite, la fuerza de la gravedad siempre actua.
Esta movida me ha recordado el famoso caso de swissair. Compañia aérea nacional de Suiza, que apesar de su gran historia estaba en caída libre y con pérdidas importantes a principios de los noventa. Ante una oferta más que generosa de compra por parte de la alemana Lufthansa, los políticos suizos lanzaron una bonita campaña nacionalista del estilo típico. Nos quieren robar nuestra identidad nacionalidad, van a despedir a todos los suizos, la ruina que trae el de fuera..... etc. Solución; el pais sacará adelante nuestra mágnifica compañia nacional (con la pasta de los demás, por supuesto).
En el 2001 se declaró en quiebra. Por supuesto después de que se despilfarraran miles de millones de francos suizos del estado. A los pilotos de Swissair se les llegó a conocer como los banqueros, pues en los últimos tiempos tuvieron que hacer los vuelos con una buena provisión de metálico a bordo para comprar el combustible al contado en los aeropuertos de destino.
La refundada Swiss International Airlines fué regalada curiosamente a Luftansa para intentar salvar algún puesto de trabajo.
Espero comprendan mi pequeña incredulidad ante los casos en que los políticos (sean de la nacionalidad y del partido que quieran) en lugar de utilizar argumentos empresariales, utilizan este tipo de discursos para solucionar problemas empresariales.
Creo además, que el señor Conte hace bien en defender la rentabilidad de la empresa, pues es su obligación ante los miles de pequeños inversores que tienen sus ahorros en Iberia. Los accionistas de "referencia" con su 25% de la compañia prefieren cambiar cromos y si dentro de 10 años hay que mandar al paro a la mitad de los empleados de la compañia... pues eso.
Un saludo.