Allí estábamos escoltando a nuestros camaradas de los IL2 cuando éstos nos alertaron de presencia enemiga en la zona, Ruciniev fue el primero que divisó los combates y se abalanzó sobre el enemigo, pero su picado fue tan fuerte que el resto de la escuadrilla no pudimos seguirlo, cuando recuperamos el picado y buscábamos a Ruciniev un 109 nos atacába con velocidad y junto con el camarada Kachopov nos defendíamos e intentábamos cazar en vano a aquella máquina alemana que corría como un demonio, mientras, por la radio oíamos como Ruciniev pedía ayuda entre gemidos y sollozos, " ayuda!! los tengo detrás, son dos!! me están dando..... ahh me duele..." , nunca mas supimos de él......
Mi motor debía haber recibido algún impacto de la defensa antiaérea de la base enemiga cercana donde transcurría el combate, o bien de alguna embestida de aquel aleman y echaba un humo negruzco que no era normal, así que dí la orden al recluta Kachopov que dejara de perseguir con su burra reumática a aquel purasangre en su huída en trepada y volviéramos a base, después de cruzar con éxito el muro de flak sobre Stalingrado nos orientamos y llegamos aterrizar a la base sin ningún percance. Recomendaré al recluta Kachopov para que lo condecoren ya que no se separó de su lider en ningún momento y cumplió con su cometido de un modo impecable.
Mas tarde tomaríamos un tren hasta la base de Atomarporculov para despegar con aviones de mejores prestaciones y nos encontraríamos con una pareja de ases alemanes en un encarnizado combate que se saldó con el derribo de mi compañero y daños a uno de los ases que al final tuvo que salir huyendo, pero eso ya es otra historia.
-"Los personajes y hechos aquí descritos son totalmente ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia"